La iniciativa de ofrecer encuentros informativos se promueve en sintonía con el Día Mundial de Prevención del Embarazo Adolescente, que se conmemora el 26 de septiembre. Pero desde hace un año y medio, alientan un programa de prevención que hace eje en la adolescencia pero que contempla al Estado, la escuela y la familia, con la convicción de que "hay factores individuales, familiares y sociales a tener en cuenta", como sostiene la responsable de la Atención Primaria de la Salud en Olavarría.

Un 12% y en aumento

El lema de la campaña en Olavarría es "Yo me cuido" y lo que se busca es divulgar entre las adolescentes conocimientos y valores que les permitan decidir responsablemente acerca de su vida y de su sexualidad. Pero, al mismo tiempo, se proponen informar sobre los riesgos asociados con el embarazo adolescentes y concientizar sobre las prácticas anticonceptivas para evitar embarazos no planificados. También sensibilizar a la población en general, desmitificando y eliminando prejuicios vinculados con esta problemática.

"Lo concreto es que hay un aumento del embarazo adolescente", con datos que lo certifican: "en Olavarría nacen 1750 promedio de niños por año. De ese total, 206 son embarazos adolescentes. Es un número importante. Sería casi el 12% de la población que tiene embarazo a edad muy temprana y estamos preocupados por esto. Se esta trabajando mucho en el programa de salud sexual y reproductiva", precisa la doctora Gatella.

Por eso, en Atención Primaria "ya desde hace un año y medio tenemos todos los métodos anticonceptivos, inclusive el implante subdérmico, que se coloca y dura 3 años y es importante porque por ahi se olvidan de tomar la pastilla anticonceptiva o no hay continuidad en el método. Creo que en unos años vamos a ver una disminución si seguimos con este programa y colocando estos implantes", augura la profesional.

La realidad que palpan a diario genera "preocupación en los médicos generalistas, que son muy seguidores de esta problemática y han colocado más de 400 implantes en Olavarría. Es un número importante, aparte de los otros métodos que los tenemos desde hace muchos años", señala.

Cuestión de límites

En las charlas y talleres, la titular de APS toma como disparador una investigación chilena que está basada en "preguntar a las adolescentes por qué se embarazaron, porque la mayoría son embarazos no deseados. Si están los métodos al alcance y son gratuitos, ¿qué pasa? La información está y sigue ocurriendo y va en aumento. Entonces, se plantean factores individuales, familiares y sociales", dice Gatella.

Dentro de los aspectos individuales abordan la cuestión afectiva. "La adolescente tiene un sentido de pertenencia, de darle sentido a la vida, de tener un proyecto de vida a seguir" a partir del embarazo. Pero también puede entrar en juego la omnipotencia. "El adolescente siente que no le va a pasar... Tiene un pensamiento mágico y cree que le va a pasar al otro, que es invulnerable", explica Gatella.

Ahora, cuando el embarazo ocurre, en el mismo sistema de salud "estamos todos enfocados en el cuidado de ese embarazo y eso les hace bien, se sienten importantes. Y lo otro es la soledad: estaban muy solos y al ocurrir un embarazo toda la familia está alrededor y los haces sentir bien. Por eso hay que trabajar en diferentes sentidos", advierte la funcionaria.

Con las familias, por ejemplo, donde los límites son muy estrechos o muy laxos y eso "influye en el embarazo adolescente cuando no debería ser ni una cosa ni la otra" sino que, a medida que los hijos se hacen adolescentes, "el límite debería ser algo negociable entre padres y adolescentes, ponerse de acuerdo y que sea aceptado y vayan negociando y sean mas laxos a medida que van creciendo. No es lo mismo a los 13 que a los 17 años", compara la médica.

Los pares y la escuela

Después está el plano social y el vínculo con sus pares. En ese punto, María Esther Gatella apunta a la necesidad de "trabajar el tiempo libre, el ocio y transformarlo en hábitos saludables" donde "entra a jugar el Estado, la familia, la escuela y es importante para prevenir".

A eso le suma como ingrediente central la presión que ejercen compañeros y amigos. "El adolescente quiere pertenecer a un grupo para sentirse incluido y por ahi realiza ciertas acciones con las que no esta de acuerdo pero para no quedar excluido del grupo de pares o amigos hace cosas que no les gustaria", argumenta Gatella.

Ahora, ¿cómo se aborda la temática? Hay que "trabajar con talleres donde puedan desarrollar habilidades donde el adolescente pueda decir no si lo invitan a fumar, a una adicción o a una relación sexual que no quieren y decir no pero seguir perteneciendo. Y esto vale tanto para prevenir el embarazo adolescente como para las enfermedades de transmisión sexual".

Sobre todo porque el adolescente atraviesa una etapa de amor romántico donde "al comenzar un noviazgo, idealiza tanto que hace no se proteja y se han visto casos donde hay noviazgos violentos. Por ahí la pareja exige el no cuidado o pide un hijo como prueba de ese amor", ejemplifica.

Entonces, ahí es donde cobra fuerza la necesidad de "reforzar mucho el poder decir no, el acceder a algo que uno no quiere y hay que trabajar en la planificación y decir no. Hay que trabajar desde la escuela, desde salud y desde la familia".

Además es fundamental la terminalidad educativa. "En los adolescentes que terminan la escuela secundaria y se incorporan al nivel terciario o universitario habrá menos embarazos adolescentes. El que está incluido en un sistema escolar va a estar previniendo el embarazo. Es importante que terminen el secundario, aunque repitan y el nivel de estudio sea bajo, hay que insistir en que deben terminar. Eso ayuda muchísimo", remarca la médica.

Y a modo de cierre, Gatella vuelve a repetir que es importante "trabajar en la autoestima, en el como decir no sin perder a los amigos y en concientizar y trabajar con respecto al tiempo libre, pero es clave la inclusion a nivel escolar".