@MarcoBecker_

Ni en el mejor de los sueños aquel joven olavarriense con poco más de 20 años, que había comenzado la carrera de Comunicación Social y la dejó a los pocos meses, se imaginaba lo que el destino le tenía preparado.

En ese tiempo, José Enrique Montesano se encontraba trabajando en el sector de administración del diario El Popular, cuando un viernes por la noche le ofrecieron relatar por Canal 5 un partido de Estudiantes en el Torneo Nacional de Ascenso a modo de prueba piloto. La idea en principio era que la transmisión no salga al aire, pero "cuando terminó el primer tiempo pregunté cómo había salido y me dijeron que estábamos al aire", contó.

A partir de ahí, su camino en el periodismo y en el relato se vio en pleno crecimiento y repleto de nuevos desafíos, tanto en lo profesional como en lo humano. Es que para el ‘Mosquito’, como se lo conoce en el ambiente, esa es la clave desde el inicio hasta el día de hoy: "tener siempre un desafío y no estancarse".

A los 24 años se fue a vivir a Buenos Aires, comenzó a estudiar periodismo deportivo y al poco tiempo empezó su carrera en TyC Sports, lugar en el que cosechó una amplia experiencia en coberturas de los eventos deportivos más destacados como relator y como cronista, siempre orientado al vóley y al básquet: cuatro juegos olímpicos -Beijing 2008, Londres 2012, Río 2016 y ahora Tokio 2020-, mundiales, premundiales y preolímpicos.

Si de desafíos hablamos, Tokio 2020 sin lugar a dudas se trató de uno de ellos. Es que el relator fue el encargado, junto al histórico ex jugador Hugo Conte, de darle voz a la gran actuación de la selección argentina de vóley que obtuvo la medalla de bronce. Su pasión y su emoción llegaron al corazón de los argentinos, tanto al de aquellos que ya lo conocían como a los que no.

"Nos tocó ser el nexo y el puente de un momento especial del deporte argentino y del país, que se encuentra atravesando mucho dolor y mucha tristeza. Estos pibes dieron una caricia bárbara en un momento complicado y nos tocó estar ahí, nos permitimos sentir lo que también le pasaba a la gente", explicó.

Las redes sociales, grandes protagonistas en esta época y sobre todo durante la pandemia, estuvieron repletas de elogios, memes y mensajes de admiración con el periodista. "A veces no caigo de algunas situaciones, no me cayó la ficha", dijo en referencia al cariño que recibe por parte de los argentinos.

Además, sostuvo que "es muy difícil explicarlo desde mi lugar", y que simplemente se dedica a relatar "de la manera en la que lo siento, no puedo hacerlo de otra forma. Busco transmitir nervios y emoción, siempre desde un buen mensaje".

Pero si hay algo que lo distingue es que no solo genera simpatía en el público, sino también en los propios protagonistas. Desde aquel momento en la zona mixta del Preolímpico de 2015 en México donde se lo vio emocionado hasta las lágrimas junto a Sergio Hernández y Facundo Campazzo se empezó a ver un lado más humano tanto en él como en los jugadores.

Si bien admitió que en ese momento "me lo cuestioné bastante", luego entendió que "la gente sentía lo mismo que yo". En Tokio, los propios jugadores lo invitaron a festejar en el podio: "fue una locura que nunca vi en mi vida y probablemente nunca vea. Cuando miro esa foto digo… ‘ufff’", exclamó al recordar semejante hecho anécdotico.

"Hay una conexión que no sé cómo explicarla. Es una relación que se da desde el respeto mutuo", mencionó, y agregó que "trato de entenderlos a ellos y ellos tratan de entenderme a mí. Lo valoro, lo disfruto y lo celebro. Ese vínculo me enriquece y me hace aprender".

En esta conexión, una de las cosas que lo destaca es su manera de lograr que los deportistas "se salgan del cassette". Al respecto, consideró que "está buenísimo que tengan un lugar donde se puedan mostrar como son. No hay nada mejor que la gente pueda interpretar a los deportistas de una manera genuina y sincera. Eso para mí es único".

"Hay que hablar del juego, de los rivales, pero también hay que hablar de otras cosas. Trato de mostrar toda esa parte. Y me parece que ellos lo entienden. Debe haber algo especial para que se suelten de esa manera", señaló.

"Resiliencia y empatía"

Montesano cree que una de las tantas razones por las que se generó ese cariño tiene que ver con la grave enfermedad que le tocó afrontar a fines del 2016, cuando fue diagnosticado con un cáncer en los ganglios, conocido como linfoma de Burkitt.

"Creo que hay cierta resiliencia y empatía por las cosas que fui viviendo y el haber optado por hablar de la enfermedad sin ningún tipo de problema", indicó. Por ello, reveló que a partir de ahí "se generó algo con la gente, con los protagonistas y conmigo mismo".

En ese entonces recibió un fuerte apoyo de referentes del ámbito deportivo y todas partes del país. Por ello, alegó que estos Juegos de Tokio fueron "distintos", ya que "llegué a pensar que no iba a ver más un juego olímpico y un mundial, y que no iba a haber más vida".

"Cuando uno tiene cáncer piensa en la muerte indefectiblemente. El transitarlo fue muy duro. La cabeza se te va a cualquier lado y necesitás que esté centrada", sintetizó.

Tras un arduo y complejo tratamiento, Montesano logró superar la enfermedad y, cuatro años después, sostuvo que el amor fue la clave para salir adelante: "recibí mucho amor de partes que ni me imaginaba, y eso a uno lo ayuda y es necesario, independientemente de que puedas superar la enfermedad o no". A su vez, valoró que aprendió a "ayudar al que está pasando mal".

La ilusión de relatar a Estudiantes

‘Mosquito’ no se olvida de sus raíces, y confesó que trata de seguir a distancia la actualidad deportiva de Olavarría. Siguió al Racing de Fatiga Russo en el último Regional Amateur, está pendiente del básquet y también algo de automovilismo, entre otros.

Siempre transmitiendo su amor por Olavarría, admitió que a pesar de ser hincha de Estudiantes "me encanta que le vaya a bien a cada uno de los deportistas o de los equipos".

En cuanto al Bataráz, el club de sus amores, aseguró que relatarlo en la Liga Nacional "sería un momento único, ojalá la vida me regale eso. Sería cerrar el círculo: volver al lugar donde hice mi primera transmisión".

En ese sentido, comentó que "en algún momento se tiene que dar relatar algún equipo olavarriense en la liga, de básquet o de vóley", pero aclaró que para que esto sea posible "se necesita mucho apoyo y acompañamiento".

"Son cosas que las tuvimos, las disfrutamos, y cuando dejamos de tenerlas nos cayó la ficha de lo que tuvimos y no pudimos sostener", resaltó.

Orgullo olavarriense

Muchos dirán que esta edición de la competición olímpica fue única ya que se desarrollaron en medio de una pandemia y se jugaron sin público, pero los olavarrienses afirmarán que fue histórica porque por primera vez contó con la presencia de dos deportistas oriundos de la ciudad: Agustín Vernice y Pedro de la Vega.

Tras su participación, ambos fueron distinguidos por el Honorable Concejo Deliberante con el galardón de "Honor al Mérito Ciudadano". El pasado jueves, Montesano también recibió este reconocimiento, y en relación a ambos deportistas, reconoció que "me quedó un encuentro y una nota pendiente con los dos".

"Imagino las cosas que deben haber pasado los dos y me llena de orgullo y de satisfacción. Para aquel que siente a la ciudad, que haya dos olavarrienses en un juego olímpico… Ni en el mejor de los sueños", expresó con gran alegría.

Asimismo, dijo que a ‘Pepo’ no lo conoce personalmente pero sí a su familia: "sé que es un gran pibe", mientras que con Vernice "nos encontramos un par de veces y me pareció un crack".

El relator resaltó que la participación de los atletas "es un espejo para un montón de chicos que hacen deporte en la ciudad", y que también "es una muestra de que hay que apoyarlos y bancarlos. El deporte es educación, entrenamiento y disciplina".

El periodismo, una profesión "bastardeada"

Si bien aclaró que "no soy quién para decir que está bien y que está mal", afirmó que "hay un montón de situaciones que no comparto y que no me gustan dentro de la profesión". Es que actualmente el periodismo, en especial el deportivo, muchas veces se encuentra en el ojo de la tormenta.

Montesano opinó que la profesión "está bastardeada", y que en parte se da porque por momentos se cree que todo vale. "Siento que nadie deja un buen mensaje y cosas positivas", se lamentó.

"Hoy se busca la primicia, la inmediatez, lo oscuro y lo alejado del deporte, y yo la verdad que no voy por ahí", expuso, mientras que define su manera de hacer periodismo como "respetuosa, agradecida, correcta, entendiendo momentos, calentándome y pidiendo disculpas".

Por último, dejó una interesante reflexión: "tenemos un buen lugar para manifestarnos, para decir lo que sentimos y pensamos, y lo estamos usando para hacer cosas que no suman, como alguna crítica despiadada. Creo que debería haber una mirada hacia adentro para ver qué hace cada uno de nosotros profesionalmente, porque lo que sos como persona después lo transmitís en tu laburo".