El cóndor andino es un ave que está en peligro de extinción o, como dice el director del Bioparque "La Máxima", Flavio Maldonado con quien EL POPULAR habló en exclusiva, "está en estado vulnerable en la Argentina. Hay poblaciones estables, pero se han producido algunas extinciones locales. Por ejemplo: en la zona patagónica marítima".

Se calcula que unos 2500 cóndores habitan en la Argentina de los 6 mil ejemplares que hay en todo el mundo.

En esta instancia es donde nuestra ciudad cobra una vital importancia en el tema, dado que mediante el reconocido bioparque y sus promesas de conservación, reproducción y reintroducción de especies en sus ambientes naturales, se ha logrado que la hembra Curá, que habita en el parque local, aporte más de 15 pichones de esta especie para que fueran liberados en la Patagonia.

LA HISTORIA DE LOS MACHOS

La hembra es Curá, que aún forma parte del proyecto, a diferencia de los machos que han ido muriendo. El primero no podía volar, por lo tanto tuvieron que preparar el ambiente para que el cóndor pudiera llegar hasta ella saltando. Posteriormente, se trajo otro ejemplar que fue el macho reproductor hasta el momento de su deceso en 2015 y, finalmente, consiguieron a Rawson, que "es el que nos ha vuelto a dar la alegría de la reproducción", afirmó Maldonado.

El funcionario ya había adelantado en la sección "Amores Perros -y otros bichos-" de EL POPULAR MEDIOS que desde el bioparque "estamos evaluando la construcción de una nueva condorera para brindarles un bienestar diferente a las parejas reproductivas que tenemos" .

"Son animales monógamos. Una vez que se eligen, continúan en pareja hasta la muerte de alguno de ellos", aportó el director de la Máxima. Por esto es que el trabajo de los integrantes que conforman el proyecto es, entre otras labores, afianzar la relación entre la pareja.

En el caso del ejemplar que estuvo antes de Rawson, esta tarea se dificultó ya que la hembra en todo momento era más dominante, llegó al punto de agredirlo y no dejarlo comer. Sin embargo, la situación con el macho que tiene por nombre la capital de Chubut fue totalmente diferente y rápidamente interactuaron y se comenzaron a bañar juntos, es decir, "de a poquito ya empezaban a consolidar la pareja", manifestó Flavio Maldonado.

El proceso

Una vez que se pone el primer huevo, se le da aviso a la Fundación Bioandina y en ese momento se resuelve lo que se conoce como "cría por incubación artificial en aislamiento humano".

Luego se ubica en la incubadora, se retira del parque La Máxima y se lo lleva al Ecoparque Buenos Aires. Allí la crianza es por medio de títeres para evitar el "imprinting" con el ser humano, es decir, evitar "la impronta que tienen muchos animales, especialmente las aves, de reconocer a quien les da el alimento como su padre", explicó Maldonado y sentenció que "esto les da una mayor posibilidad de sobrevivir una vez que son liberados".

Por su parte, el pichón una vez que nace, se lo une a otros pichones de otros bioparques o zoológicos, se arman bandadas y se los libera en grupo, lo que hace que tengan más posibilidades de sobrevivir.

Al líder del grupo, es decir, al que tiene un mejor comportamiento se le pone un radiotransmisor satelital para que pueda ser seguido y realizar un control de campo. En está instancia se los provee de comida y a medida que va pasando el tiempo, se les va poniendo las provisiones más lejos.

"Una vez, que el alimento no es comido por ellos significa que ya empiezan a comer en otro lado y en ese momento es cuando se logran independizar de los cuidados del proyecto", declaró el referente de La Máxima.

Por último, los cóndores que han sido liberados, a medida que se dispersan, han logrado tener conexión con otros, "lo que les da la posibilidad de tener poblaciones estables y variabilidad genética", amplió Flavio Maldonado.

Características

El cóndor andino puede llegar a medir 142 centímetros de altura, y casi 330 centímetros de envergadura, es decir, de ala a ala. Su peso es de, aproximadamente, 11 a 15 kilos en los machos y de 8 a 11 kilos en las hembras. Su alimentación está constituida, básicamente, por animales muertos. Sin embargo, sólo en ciertas ocasiones puede llegar a cazar pequeñas presas. A su vez, no vuelan de noche, sino que solamente lo hacen de día.