Recientemente la Cámara de Apelaciones de la ciudad de Azul determinó ratificar la prisión preventiva que recaía sobre un joven de 20 años por un violento episodio ocurrido a fines de agosto del año pasado en un comercio de Independencia y avenida De los Trabajadores.

La medida judicial complicó aún más la situación procesal del acusado por haber herido a dos personas, una de ellas una niña, luego de efectuar disparos de arma de fuego contra un kiosco.

A fines de noviembre del año pasado el Juzgado de Garantías Nº 2 de nuestra ciudad dispuso la prisión preventiva contra Cristian Alejandro Maíz, acusado por los delitos de "abuso de arma", "lesiones" y "portación de arma de fuego de uso civil agravada".

La medida, que había solicitado el fiscal Christian Urlézaga, fue apelada por la defensa del joven de 20 años, quien estaba en libertad condicional al momento del ataque al comercio.

La Cámara de Apelaciones de Azul no hizo lugar a la solicitud realizada por la defensa de Maíz para que sea excarcelado y en el fallo de segunda instancia quedó firme la prisión preventiva para el joven, que permanecerá alojado en una sede carcelaria bonaerense hasta que se lleve adelante el juicio.

El joven de 20 años había sido aprehendido en principio poco después de realizar la balacera contra el kiosco. Según trascendió después del violento ataque ocurrido en el cierre de la tarde del 28 de agosto del año pasado, Maíz mantenía un discusión con otro hombre en las inmediaciones de avenida De los Trabajadores e Independencia. En ese sector efectuó varios disparos, y una de las balas ingresó al local, hiriendo a una mujer y a una niña.

Sin embargo, en ese momento el Juzgado de Garantías no avaló la solicitud de detención elevada por la fiscalía 7 de nuestra ciudad, debido a una "formalidad", según indicaron a EL POPULAR, dado que faltaban ciertas documentaciones que acreditaran los delitos por los que se había acusado a Maíz. Fuentes vinculadas con la investigación detallaron a este medio que una de las acusaciones contra el joven de 20 años es por "portación de arma", pero cuando se realizó la primer requisitoria para que quedara detenido, no se contaba con el informe del Renar (Registro Nacional de Armas de la República Argentina) donde se declaraba que no estaba inscripto como poseedor de arma de fuego.

Una vez que la Justicia logró acceder a esa documentación, el doctor Christian Urlézaga, fiscal subrogante de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 7 de nuestra ciudad, volvió a solicitar la detención de Maíz, que esta vez sí fue avalada por el Juzgado de Garantías Nº 2. El joven fue detenido por personal policial a mediados de octubre en un domicilio de avenida De los Trabajadores al 1900. Un mes más tarde el juez Carlos Villamarín confirmó el pedido de prisión preventiva, que quedó firme tras el fallo de la Cámara.

El joven afronta acusaciones por "abuso de arma", "lesiones culposas en concurso ideal" y "portación ilegal de arma de fuego de uso civil agravada". Acerca de esta última figura se explicó que se definió como agravada ya que Maíz gozaba de una excarcelación otorgada por la imputación que afronta por "encubrimiento agravado" en el marco de la investigación del homicidio de Natalia Busto, ocurrido en marzo de 2017. Justamente, una vez que se lograron recabar las pruebas que confirmaran que era responsable del delito de "portación ilegal de arma", el Juzgado de Garantías avaló su detención.

Poco después del violento episodio, los vecinos del barrio Sarmiento Norte manifestaron su preocupación y temor ante este tipo de hechos, donde por fortuna ninguna persona resultó herida de gravedad. Las sensaciones de indignación y miedo se hicieron aún más visibles días más tarde, cuando supieron que el agresor, ahora detenido, había recuperado la libertad.

Por el disparo que ingresó al kiosco "El Chicha" resultaron heridas una mujer que atendía el comercio, y una niña. La bala atravesó la vidriera y luego rozó la cabeza de la comerciante, quien salvó su vida por milímetros. En tanto que la pequeña, hija de un cliente, sufrió lesiones en la vista debido a las esquirlas que volaron tras el impacto de la bala contra la vidriera.