El arquitecto Vicente Galíndez, cuyo estudio especializado en la industria frigorífica está ubicado en la ciudad de Rosario, brindó ayer a EL POPULAR Medios los pormenores del proyecto diseñado de acuerdo con el pedido del gobierno local.

Destacó que existen al menos 3 lotes donde estaría enclavado el nuevo emprendimiento, al no ser viable por varias razones la antigua locación. Planteó que se trata de un proyecto flexible, adaptable a los fines propuestos por el inversor privado a cargo de la futura concesión. Sostuvo que con la actual demanda de la ciudad se podría emplear a no menos de 50 personas con una inversión de entre un millón y un millón y medio de dólares.

El profesional explicó que "mi estudio, dedicado a la industria de la carne hace más de 40 años, fue convocado por la Municipalidad para esbozar y planificar un modelo de frigorífico adaptable a la necesidad de algún usuario privado que quiera invertir".

Luego de señalar que hoy en día "la ciudad tiene una economía que se le va, que es lo que se faena en otros lados", reveló que "elaboramos un anteproyecto con perfiles. Es decir que hicimos un modelo que se adapta a las exigencias o los perfiles que el usuario quiera darle, también se adaptará a los perfiles que tenga el lote y también se adaptará a los perfiles que tenga la demanda y la tecnificación".

En ese sentido, aclaró que "cada mercado tiene un criterio distinto respecto de la carne. Entonces hemos hecho un esquema que se adapta a todas esas demandas, en tamaño y en tecnificación, donde se pueden colocar mecanismos para sincronizar la faena, para automatizar, para inspeccionar y darle al emprendimiento un cariz técnico que no tiene hoy. Le estamos dando la actualidad de lo que hay en el mercado y en la industria de la carne".

Ya definido que funcionará en otro enclave, "la Municipalidad eligió 3 lotes y nosotros seleccionamos uno. Ahora falta que el privado, que va a invertir, aporte su idea, si quiere un frigorífico ‘consumero’, regional, exportador y dentro de los exportadores puede ser a terceros países, Comunidad Económica Europea, Israel o Chile, que son mercados con estándares distintos, o China".

Si se optara por la posibilidad menor, "la ciudad tienen una ventaja comparativa con otras ciudades, tiene una faena de 120 vacunos, 150 ovinos y 75 cerdos por día que se faenan en otro lado, más que nada en Azul y Bolívar. Cualquier privado que quiera invertir ya viene con un capital".

"El proyecto es bastante flexible y adaptable, en la medida que aporte ideas porque el potencial usuario tiene que decidir hacia dónde apunta. Si quiere exportar a China o a Rusia son congelados; si quiere apuntar a Europa por la Cuota Hilton es enfriado; cada destino tiene un secreto y también necesita un equipamiento".

Una vez finalizado el proyecto, "ahora estamos en la búsqueda de consensuar con los perfiles que el inversor incorpore y lo que la demanda incorpore porque el mercado es el que manda en última instancia. Ya nos reunimos con inversores y les explicamos el proyecto", adelantó.

En síntesis, "tenemos la idea del tipo de lote que necesitamos, de 5 a 6 hectáreas, con electricidad, pavimento, acceso, una distancia no muy lejana por el personal, volcamiento de efluentes, alejado de industrias que puedan ser ruidosas. En este momento la Municipalidad está acercando propuestas de lotes y el privado también puede acercar la suya. Tenemos 3 o 4 vistos, con calificaciones, pero después decidirá la Municipalidad" finalizó Galíndez.

Inversión

Vicente Galíndez, el arquitecto rosarino convocado por el Municipio para desarrollar el proyecto de un nuevo frigorífico municipal, aclaró que ya la categoría de matadero no existe y la asimiló a la época en que Esteban Echeverría escribió su obra más popular.

De acuerdo con los presupuestos previstos en la actualidad, el costo varía desde un emprendimiento solo destinado al consumo local hasta uno que pueda exportar productos congelados. En esa escala, “aproximadamente, hoy un frigorífico menor demanda una inversión de alrededor de un millón a un millón y medio de dólares, con los estándares sanitarios que se están exigiendo”.

El proyecto de Galíndez se adapta a la demanda y “de ahí para arriba, en función de la tecnificación y el volumen que se faene, un frigorífico puede estar entre los 4 y los 6 millones de dólares. Estamos haciendo uno en Africa, hemos hecho en Perú y en Colombia; son valores internacionales y la Argentina no está ajena a eso”, aseguró.

De concretarse en Olavarría la mínima inversión, adaptada a la demanda local, “con ese piso de faena se necesitarían 50 personas pero si se tratara de un frigorífico exportador con desposte estamos hablando de 300 personas, como mínimo, porque es una actividad que demanda mano de obra; no hay máquinas que puedan despostar ni faenar un vacuno”.

Un mercado favorable

El profesional elegido por el Municipio para desarrollar el proyecto del futuro frigorífico local se refirió a las bondades del mercado cárnico en la actualidad, merced a las gestiones realizadas por el gobierno de Mauricio Macri.

En ese contexto, valoró la penetración lograda en el mercado chino, desde donde se importa no sólo carne vacuna sino que “ahora también, que era impensado, se está llevando cerdo, y también cerdo con hueso”. En el gigante asiático “tienen un problema sanitario muy grande con el cerdo y tienen stock hasta septiembre u octubre. Pagan 2.500 dólares la tonelada pero a ese precio lo tienen que subir”, sostuvo.

En vistas de esas condiciones favorables, “la expectativa cárnica para la Argentina es muy buena. Históricamente se exportaban de 1.000 a 1.500 millones de dólares y ahora estamos exportando 3.000 millones de dólares. La expectativa para 2025, dicha por la Mesa de Carnes en la Sociedad Rural dos días atrás es llegar a los 10.000 millones de dólares”, anticipó Vicente Galíndez.

De esa manera, destacó que “hoy hay una excitación muy grande en el mercado de la carne porque el panorama es muy bueno por todos los nuevos mercados que se han abierto y lo que la actividad está exigiendo son reglas de juego claras: ‘Si voy a invertir que no me cierren el mercado o que no me modifiquen el tipo de cambio’ ”, señaló en relación con las inquietudes de los potenciales inversores.

En definitiva, en la actualidad “hay un viento de cola muy importante a favor de eso. Argentina ha recuperado varios puestos: de ser el número uno hace 80 años caímos al puesto 11º hace 8 años y hoy estamos en el 6 puesto en el mundo”.