La medida fue anunciada a través de un comunicado difundido en las redes sociales y su objetivo es "mantener la estabilidad".

"Las tiendas tienen estrictamente prohibido organizar eventos navideños o ventas promocionales", anunciaron las autoridades, que también advierten que cualquier persona que sea sorprendida en la ciudad vendiendo árboles o coronas de Navidad, calcetines o figuras del Papá Noel puede ser castigada.

Asimismo, el aviso apela a los ciudadanos a denunciar a aquellos que "propaguen la religión" en público. Sin embargo, el comunicado no especifica a qué religión en concreto se refiere, señala South China Morning Post.

En diciembre del año pasado, un incidente similar tuvo lugar en la Universidad Farmacéutica de Shenyang. Entonces el rectorado notificó a los estudiantes que no se permitía organizar en el campus festivales religiosos occidentales como la Navidad. La medida tenía como objetivo, según sus responsables, ayudar a los jóvenes a "construir su confianza cultural".

VENDIAN DROGA EN BOTAS Y GORROS DE PAPÁ NOEL

Una banda que comercializaba droga escondida en botas y gorros de Papá Noel, en la localidad bonaerense de Rafael Calzada, fue desbaratada por efectivos de la Policía Bonaerense.

La investigación que llevó a la detención de los integrantes de esta familia, que mantenía en vilo a una barrio de la mencionada localidad del sur del Conurbano, comenzó con denuncias anónimas.

Posteriormente, en una primera etapa se detuvo a las cabecillas de la banda, madre e hija, y luego de 17 allanamientos, dispuestos por la Justicia, la Delegación de Narcotráfico de Lomas de Zamora detuvo a cinco integrantes del clan familiar que continuaban vendiendo droga en la zona sur del Conurbano.

Los efectivos del Grupo Halcón, GAD, Infantería y de la Policía Local, que también participaron de los allanamientos, secuestraron 800 envoltorios de cocaína, 980 dosis de Pasta Base y otros 280 de marihuana, 9 teléfonos celulares, 1 revólver calibre 32 sin numeración, dinero en efectivo, papel glasé de diferentes colores, tres abrochadoras de ganchos metálicos, recortes varios, rayadores y vestigios de droga.

El clan familiar comercializaba las sustancias desde un bunker, en el cual a través de una ventana con una reja cortada, y mientras el resto de los familiares oficiaban de vigiladores, vendían la droga que salía en las coloridas botas rojas de Papá Noel, para de esta forma pasar inadvertida.