Con rubros que aún no han podido reabrir y actividades que continúan sorteando enormes dificultades, el empresario y miembro de la Unión industrial de Olavarría, Hernán Parra, asegura que todo lo que venga a futuro "seguramente será mejor" en comparación con un 2020 de parate económico y emergencia sanitaria. Prefiere aportar una mirada cauta teniendo en cuenta a aquellos que siguen todavía sin poder reacomodarse frente a un escenario que en estos casos aún aporta una gran cuota de incertidumbre.

La mirada sindical se planta en lograr equilibrar salarios que se ubiquen lo más cercanamente posible a una inflación que se estima rondará el 40% para fin de año. Y evalúan la enorme pérdida de poder adquisitivo frente a un costo de vida que no se estabiliza.

Después de un 2020 atípico, el 2021 empieza a mostrar cierta normalidad y desde ambos sectores las expectativas están puestas en que la rueda de la economía empiece a girar.

Mientras tanto, el Gobierno nacional se reunió con gremialistas primero y empresarios después bajo la premisa de la necesidad de "vigorizar el mercado interno" y construir "un diálogo franco" que permita "establecer un acuerdo político y social entre todos los sectores" de la sociedad.

Aunque sea "lo que queremos lograr son salarios que le empaten a la inflación", destaca Gustavo Bustamante desde el Soeco, el gremio que nuclea a los trabajadores de la actividad ceramista. Describe un escenario esperanzador, pero que llega después de una enorme pérdida de poder adquisitivo que es necesario comenzar a nivelar.

En tanto que desde UTA (Unión Tranviarios Automotor), Jorge Padín habla de compensar lo antes posible el desfasaje salarial producto de un 2020 económicamente complicado.

Con sectores mejor posicionados que otros, en líneas generales, las esperanzas están puestas en una reactivación de la economía como eje central. La vacunación y la posibilidad de no experimentar una segunda ola de contagios alivia porque "frenar todo de nuevo sería caótico".

Competitividad

El 2020 "fue un año bastante difícil de comprender. Si bien es cierto que hubo sectores ganadores, hubo también perdedores", analiza Alberto Nievas, quien ubica al ramo de la industria dentro de un panorama más auspicioso, en términos generales, con particularidades que por supuesto afrontan situaciones algo más complicadas.

El sector, evaluado en términos amplios "no sufrió tanto, a pesar de la brutal crisis que provocó todo esto", dice en referencia a la pandemia y su consecuente impacto en la economía.

Dentro de los aspectos que jugaron en contra, el empresario asume que una problemática se vinculó "al aumento de la cantidad de ausentismo y en lo que respecta a la industria competitiva sin dudas impactó"

Explica que "cuando la industria compite en el exterior, los costos internos tienen un impacto negativo" y en este punto analiza que mucho tiene que ver "la eficiencia de los gobiernos".

Habla de la desocupación como "uno de los flagelos de nuestro país" y plantea la escasez de mano de obra calificada, una deuda que todavía está vigente.

Problemas para conseguir insumos que permitan apuntalar más la producción, materias primas importadas que faltan y que dificultan el normal abastecimiento. "Sin insumos vamos a dejar a empresas afuera del circuito laboral", asegura mientras critica que desde los sectores políticos "no hablan de competitividad y de mejorar los precios para que el empresario local compita en el mercado internacional".

Nievas carga contra los monopolios "que nos sacan del mercado más de una vez" y de la necesidad de "mejorar los costos al pequeño y mediano empresariado para que pueda salir a competir en el mundo. Pescar en una pecera es fácil, el tema es cuando tenés que pescar en el mar: ahí ganan los más importantes. Y así es como se forma la economía".

Optimismo

Hernán Parra asume que la tan ansiada reactivación de la economía está cobrando notoriedad, aunque define una postura "prudente" al remarcar que "hay diversidad de actividades y sectores. Algunos todavía no han podido abrir y aunque uno es más optimista respecto del escenario que teníamos el año pasado, también es real que hay actividades disímiles y que transitan un momento delicado, algunos sin ningún tipo de ingresos".

De todas formas, "hay margen para pensar en una reactivación económica en términos generales, en algunos casos con guarismos que se asemejan a los niveles de pre-pandemia".

El empresario olavarriense aporta una mirada optimista, aunque también "hay que estar atentos a la cuestión sanitaria. Un rebrote de casos llevaría a tener que retroceder y eso sería terrible".

Así, pensando en una reactivación que pueda sostenerse "se puede hacer frente a otras cuestiones, que la gente tenga mejor poder adquisitivo, que se traslade al consumo o que los salarios acompañen la inflación. Las expectativas son buenas, pero el temor de una segunda ola está, más allá de la vacunación que genera alivio".

Después de un 2020 de incertidumbre, "creo que lo peor ya pasó", sostiene al tiempo que sintetiza que el sector industrial está bien plantado.

La recesión que afectó al país en medio de la emergencia sanitaria difícilmente recupere la caída previa pero permite, en este 2021, mejores expectativas.

En recuperación

Nivelar salarios y recuperar poder adquisitivo forman parte de la premisa sindical en este 2021, con una mayoría de actividades que aún están negociando paritarias.

Para este año, "nuestra meta es empatar o superar los niveles de inflación", destaca Gustavo Bustamante desde la delegación olavarriense del Soeco, con un horizonte que se presenta como muy bueno.

Es que, el delegado sindical de los ceramistas, pone en contexto una actividad que "tuvo récord de producción", aun en pandemia.

En materia salarial "vamos a empatar la inflación, pero lo que hemos perdido es plata porque la paritaria mayo 2020/abril 2021 fue del 37% total", pero empezó concretándose recién en diciembre con un 7%, seguido de un 10% en febrero, 10% en marzo y otro 10% en abril.

"Creemos que hoy es momento de recuperar salarios", dice. Y evalúa que "ha sido un año mucho mejor para ellos que para nosotros". Comparó un 2017 y 2018 complicado que empezó a remontar hacia finales del 2019.

Ahora "tenemos un buen panorama", destaca al tiempo que menciona que el problema central de la actividad está en LOSA "que está parada desde hace 14 meses mientras que hoy en Olavarría no hay un solo ladrillo porque lo que se produce se vende, están trayendo ladrillo de Mar del Plata cuando acá tenemos planta parada porque no la quieren arrancar y que tiene entre 60 y 70 puestos de trabajo".

Jorge Padín aporta su mirada desde UTA y teniendo en cuenta que el transporte público de pasajeros no transitó uno de sus mejores etapas en pandemia. "Estuvimos complicados casi todo el año y terminamos el 2020 muy mal, pero esperamos que este año sea mejor", define a la espera de un retroactivo que todavía adeudan desde la empresa Ola Bus correspondiente a enero y febrero".

De todas maneras, destaca que "estamos al día con los sueldos y ya empezamos a acomodarnos después de algunos retrasos", teniendo en cuenta que los salarios dependen en su totalidad de los subsidios que giran desde Provincia.

Así y todo, en 2020 "perdimos entre el 15 y el 18 por ciento de poder adquisitivo. La pandemia nos ha tocado a todos más o menos igual", analiza en referencia a los compañeros choferes que se desempeñan en otras líneas de colectivos.

Aunque por el momento "no acordamos un aumento, estamos esperando la compensación del desfasaje salarial del período anterior. En AMMBA dieron 15 mil pesos en tres cuotas de 5 mil para marzo, abril y mayo. Acá todavía estamos en tratativas pero esperamos acercanos a esas cifras".

Las expectativas "son buenas y esperamos concretar buenos arreglos que permitan avanzar en la economía del trabajador porque los sueldos iniciales han quedado muy por debajo", dice respecto de los 31 mil pesos que gana mensualmente alguien que recién comienza y destaca que en cuatro años, el poder adquisitivo de los trabajadores de la actividad cayó un 40%".