Daniel Puertas

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A primera hora de esta mañana se reanudó el juicio oral y público contra tres médicos del Hospital Municipal que fueron imputados de homicidio culposo por la muerte de una mujer que había sido herida en una pelea, fue atendida, permaneció varias horas en el establecimiento asistencial, luego se fue aparentemente por propia decisión y terminó falleciendo un tiempo más tarde.

En esta audiencia de debate llega el momento de los alegatos de la fiscalía y la defensa. En la primera jornada del juicio pareció quedar en claro que si se hubiera detectado la gravedad de la herida la mujer hubiera tenido chances de sobrevivir.

Pero a medida que fueron transcurriendo las horas y los testigos surgieron dudas tanto sobre la real responsabilidad de los profesionales procesados como sobre las posibilidades de establecer la gravedad de la lesión.

Los acusados son María Paula Téllez, quien estuvo a cargo de la guardia durante la permanencia de la víctima, Lorena Huaiquimil, en el Hospital, y los residentes del área de cirugía, Alejandro Alamo y Lucía Digonzelli, quienes fueron los responsables de atender las heridas.

Lorena Huaiquimil presentaba una herida en la cabeza, producto de un golpe con una regla de albañilería, y otra en el abdomen, fruto de una cuchillada, que no aparentaba ser demasiado importante.

Pero la arteria mesentérica terminó seccionada y le causó una hemorragia fatal casi 24 horas después de la pelea. La fiscal Viviana Beytía deberá demostrar en su alegato que los médicos actuaron negligentemente y no se preocuparon por practicar los estudios que hubieran permitido establecer el peligro real que revestía esa pequeña herida.

Hubo testigos que dijeron que no se ordenó una ecografía que podría haber permitido saber la gravedad de la lesión y seguramente haber llevado a una intervención quirúrgica para reparar el daño. Pero el médico Oscar Briscioli, que actuó como perito de parte de la defensa de Téllez puso en duda esa posibilidad.

Coincidió con otros peritos forenses que conjeturaron que el corte de esa arteria no fue fruto de la puñalada sino que esta la debilitó la suficiente como para que la misma presión arterial terminara seccionándola.

Esa hipótesis se sustenta en que varios médicos consideraron improbable una sobrevida de casi 24 horas con la arteria cortada.

Pero también surgieron dudas sobre la real intervención de María Paula Téllez en el caso, ya que ella insistió en que nunca autorizó el alta de la mujer herida y que se enteró que se había marchado por una enfermera. Incluso fue careada con la enfermera que aseguraba que ella le había dado la orden de que le retirara el suero porque se iba de alta y se mantuvo firme en su versión.

La enfermera también ratificó sus dichos, pero como fue desmentida en otros aspectos de su versión por otro de los imputados, Alejandro Alamo, y por otro médico quedaron interrogantes todavía sin despejar. Habrá que ver como son valorados esos testimonios primero por la fiscal Viviana Beytía y después por la jueza Cecilia Desiata.

Alamo declaró que él no tuvo nada que ver con la atención recibida por Lorena Huaiquimil y que sólo firmó el informa de Digonzelli por "compañerismo" y porque le pareció que era correcto lo que estaba escrito.

Las defensas, a cargo de Elda Donatelli (Téllez) y Julio Vélez y Agostina Lomolino (Alamo y Digonzelli), seguramente tratarán de acentuar las dudas y pedirán el sobreseimiento de sus defendidos.

Lorena Huaquimil tenía 36 años en el momento de su muerte, el 17 de enero de 2016. Quien le asestó la cuchillada que a la postre resultaría mortal fue Gastón Saavedra, quien fue condenado ya a cuatro años de prisión por homicidio en grado de tentativa, ya que se consideró en el juicio que si la mujer hubiera recibido la atención correcta habría sobrevivido.

Y es esta posibilidad la que está ahora decidiéndose en otro juicio, esta vez en el Juzgado Correccional de Olavarría.

Aclaración: por un error involuntario se publicó una nota sobre el caso en la edición impresa de diario El Popular que no correspondía a la fecha.