Además de los estrictos protocolos que todo rubro en particular debe respetar, los restaurantes y bares han sufrido distintos golpes a su economía diaria. Recordemos que desde el principio no podían trabajar, después de un tiempo empezaron con la modalidad take away y luego de meses les permitieron recibir público. Aún así hay quienes apostaron por emprender en el negocio de la noche, fue así como surgieron varios bares, restaurantes y cervecerías en la ciudad.

Algunos empezaron a idealizar su emprendimiento desde comienzos del año pasado, es el caso de Igacio Artaza y su socio, ambos propietarios del bar "La Rústica". Ellos comenzaron con la idea de hacer un salón de eventos, alquilaron el lugar un mes antes de la pandemia, pero cuando vieron cómo se iba desarrollando la pandemia de Covid-19 y ante la imposibilidad de los servicios gastronómicos de funcionar, Artaza cuenta que "luego de que empezaron a habilitar le buscamos la vuelta como bar ".

Por su parte, Miguel Ramírez, dueño del restaurante "Merello", contó que él venía pensando en la posibilidad de lanzarse a este rubro desde antes de la pandemia. El emprendedor gastronómico señaló que fue difícil el comienzo en medio de la situación sanitaria: "No digo que no quise bajar los brazos, pero en algún momento lo pensé y después dije no, tanto tiempo invertido, tiempo y dinero que no lo podía dejar" señaló.

En cuanto a las diferentes medidas que tuvieron que respetar los bares y restaurantes son varias y muchas no escapan a lo común: distanciamiento social, poner a disposición del cliente alcohol en gel o diluido al agua, en ocasiones la asistencia al lugar era con reserva previa, entre otras.

Sin embargo el punto del protocolo que más variaciones tuvo fue el de los horarios de cierre de los comercios gastronómicos ya que dependiendo en la fase en que se encontraba la ciudad y los decretos que imponía el municipio, los bares, restaurantes y demás negocios gastronómicos llegaron a cerrar a las 00 horas, 2 am, 3 am y 5 am, este último el límite de horario más tarde que se permitió tener abierto durante la pandemia en la ciudad.

Pero para ninguno de estos empresarios da lo mismo cerrar a las 12 de la noche que a las 5 de la mañana o en su defecto a las 2. Muchas veces las restricciones están atadas a la no concurrencia de gente y en consecuencia a una reducción de los ingresos en los locales gastronómicos.

Ramírez contó que en su restaurante "lo del horario que esté hasta la 1 hasta las 2 o 12, no me modifica porque la gente, el rango que viene es más grande". A esto agrega que no es ese el motivo por el cual sus ingresos han disminuido, sino que según él disminuyeron porque "la gente está asustada y no viene por eso. Ese es el gran factor, no por el horario".

Ahora bien, la diferencia radica en que no todos los locales dedicados a la nocturnidad son restaurantes, más aún, el gran caudal de gente (y puntualmente de jóvenes) asiste a los bares, muchos de los cuales han surgido hace poco tiempo. A ellos si les repercute en sus ingresos de una forma más directa las distintas modificaciones de horarios de cierre, Artaza señala que ellos no veían tan mal el horario de las 2 am, ya que además de ofrecer la cena les daba un margen para trabajar la noche. Hablando de números más precisos, señala que "quizás te puedo decir un 60 por ciento de los ingresos te lo varía el cambio de horario" con respecto a la diferencia de cerrar las 5 y pasar a las 0 horas.

"Creemos que la ciudad tiene autonomía para tomar decisiones propias y ojalá no nos cierren a todos", plantean.

El trabajo con protocolos

Teniendo en cuenta el ritmo cambiante de los protocolos, las maneras de trabajar fueron mutando, en especial porque a menor franja horaria, hubo menor caudal de gente. Los comerciantes gastronómicos que consultó EL POPULAR hicieron referencia a que están expectantes de lo que informa el Intendente, la cantidad de contagios que van surgiendo día a día y que dependiendo de las medidas que les marquen a ellos va a ser la forma de trabajar que adopten.

Aunque "el tomar listado con nombre de las mesas, tomar las temperaturas siempre se mantuvo", sostuvo Artaza.

En cuanto a la postura frente a los protocolos establecidos para trabajar en su rubro, piensa que son necesarios y con la mayoría de ellos concuerdan pero "no sé si estoy muy de acuerdo con el horario quizás, para lo que es el rubro de la gastronomía que nos limita un montón", señaló el propietario del bar "La Rústica".

Sin embargo, el punto de los horarios en las diferentes restricciones desprende opiniones desencontradas, ya que según Ramírez "no tendrían que haber dejado hasta las 5 de la mañana nunca". Y agregó que es difícil hacer respetar los protocolos a la gente, ya que con la experiencia en su restaurante a la hora de hacer cumplir los protocolos describió que a cada una de las personas "le decís que le vas a poner el alcohol en la mano, le tomás la temperatura, el número de contacto por si algún día pasa algo y hay gente que se enoja".

En la misma línea, Artaza contó que "quizá tuvimos inconvenientes para que la gente se acostumbre a tomar los recaudos necesarios" y añadió que una cuestión de la que todos se dieron cuenta es que en el verano mucha gente empezó a relajarse con los cuidados.

Sin embargo, la suba de casos que hay en la ciudad repercutió en el comportamiento de las personas ya que "hace tres o cuatros semanas que la gente se empezó a cuidar sola, empezó a tomar recaudos, pero a veces cuesta un poco con la gente", finalizó.

Expectantes

Ante la suba de casos en la ciudad, con el nuevo decreto municipal que hasta el momento les permite seguir trabajando, pero expectantes de qué nuevas medidas puede llegar a tomar provincia, Artaza señala que "creemos que la ciudad tiene autonomía para tomar decisiones propias y ojala no nos cierren a todos". En concordancia con esta postura Ramirez enfatizó que " habría que juntarse y hacer un poco de fuerza", en caso de que vuelvan a cerrar por completo la actividad de los locales gastronómicos.