Se trataron de jornadas intensas para el cuentero José Luis Gallego, quién llevó el antiguo arte de relatar historias a las escuelas primarias 6, 22, 53, 55 y 76, y secundarias 1 y 18, de los barrios Lourdes, Jardín, Norte, Sarmiento, Bancario y AOMA. El artista, que tiene dos libros editados, conmovió por igual a niños, adolescentes y adultos con sus narraciones que abarcaron historias antiguas y anónimas, cuentos de autor y relatos de su propia invención.

"Estamos muy agradecidos con las autoridades escolares que nos abrieron sus puertas, de cada escuela nos fuimos muy satisfechos con la sonrisa de los pibes y el pedido de los docentes de que regresemos en otros turnos o que visitemos otras escuelas. Ya llegamos a más de un millar de personas con esta actividad, y vamos a continuar con el ciclo para poder acercarnos a más escuelas, barrios y localidades con esta propuesta que invita a dejar volar la imaginación" anunció José Gervasio González Hueso, responsable de la iniciativa, quien confirmó además que la próxima fecha será el 25 y 26 de agosto.

Pero José Luis Gallego no se limitó a convidar relatos en las escuelas sino que, además, brindó un Taller Para Inventar y Contar Cuentos dirigido a bibliotecarias, docentes, escritores, estudiantes y público en general. La actividad, que es gratuita para los participantes, se repetirá en agosto por el gran interés que despertó. Las personas interesadas podrán anotarse en La Higuera de lunes a viernes de 16 a 18.30, telefónicamente al 420494 o por e-mail a [email protected].

Finalmente, éste miércoles el narrador visitó junto al equipo de La Higuera la Unidad 38 de Sierra Chica en el marco del programa "Educación en contextos de encierro", coordinado por la Magister Analía Umpiérrez y dependiente de la Secretaría de Extensión, Bienestar y Transferencia de la Facultad de Ciencias Sociales. De la actividad participaron unos 200 internos, tanto estudiantes de la Unicen y la escuela secundaria 5 como otros interesados.

José Luis Gallego trabaja habitualmente en espacios marginales como cárceles, villas, hospitales, basurales, convencido que lo más interesante de su actividad es el trabajo social que genera. Para él, su trabajo de cuentero va más allá de entretener: "Contar cuentos es una forma de dar amor. Los cuentos que forman parte de mi repertorio fueron elegidos desde ese lugar. Para mí el amor, entre otras cuantas cosas, es una forma de trascender el yo, el ego. Yo busco trascender. El material que escribo puede ser delirante, escatológico o suave y tierno pero generalmente busca mostrar que aquello que llamamos ''la realidad'' no es lo que parece. Los cuentos que cuento instalan preguntas más que respuestas". E invitan a trascender los muros, reales o imaginarios, que nos separan.

Estas jornadas se suman a la realizadas en mayo, donde visitaron las escuelas Técnica 1, Secundaria 1, 59, 65 y Fray Mamerto Esquiú de los barrios CECO, Bancario, Roca Merlo, Villa Aurora y Villa Mailín. El ciclo continuará a lo largo del año con narraciones, capacitación y una nueva edición del concurso de relatos "Olavarría Cuenta un Cuento" creado en 2008 por la entonces diputada Alicia Tabarés.