En el marco de la Edición XXXVI del Festival de la Sierra, el Consejo de Denominación de Origen Salame de Tandil busca superar el récord gastronómico del año pasado, que logró el salame más largo del mundo, con una longitud de 53,4 metros.

Para hacerlo, se requirió el trabajo de 80 personas que durante 20 horas procesaron más de 120 kilos de carnes y tocinos. En 2019, la propuesta es superar el alto del icónico obelisco porteño, que mide 68 metros.

El Festival de la Sierra se realizará a partir del jueves 7 de febrero a las 20 hs y hasta le 9 de febrero con entrada libre y gratuita. En esta oportunidad el festival contará con la presencia de Leandro Lovato, Hugo Varela Y Chango Spasiu (entre otros artistas), además de una feria de productos regionales y una muestra artesanal.

Único en su especie, el Salame de Tandil cuenta con la primera Denominación de Origen (D.O.) del país para un alimento agroindustrial. Obtenida en 2011 -después de 15 años de estudios de factibilidad, en los que trabajaron activamente las empresas chacinadoras y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca-, la D.O.busca proteger un producto genuino e histórico de la región.

El clima, las pasturas y el ganado de la zona son claves para la obtención de 53,4 metros del sabor que distingue a este embutido en el mundo y que se ha convertido en un clásico de las picadas de los argentinos.

"Año a año intentamos superar nuestras propias marcas. Más allá del desafío numérico, esta iniciativa es el reflejo del compromiso conjunto de productores locales que se reúnen para honrar a nuestros antepasados y a su compromiso con adaptar las recetas a las condiciones de la región para lograr el mejor salame curado", sostuvo Juana Echezarreta, Presidente del Consejo de la Denominación de Origen Salame de Tandil.

La evolución del récord

La elaboración del salame más largo de América se produjo según los patrones que marca la D.O. Materias primas obtenidas dentro de la región, con alimentación a base de pasturas y maíz - según sea ganado vacuno y porcino, respectivamente- y con las proporciones establecida de carne vacuna y de cerdo. Estacionado y curado en el clima benigno de Tandil (frío pero no helado, húmedo en general y ventoso) el salame adquiere la consistencia necesaria y el emplume -así se conoce a los hongos que lo recubren- que le dan el color blanco ceniza característico, esenciales en la obtención del sabor.

Fuente:ElCronista.com