Después de tanta reserva, se ha filtrado el proyecto de ley del Presupuesto General del Estado (PGE 2025), donde se evidencia un PGE agregado por Bs. 369.340.694.521 y un PGE consolidado por un monto de Bs. 296.565.879.63, cuyas metas macroeconómicas son de un crecimiento económico del 3,51%, una inflación anual del 7,5%, un déficit fiscal del 9,2% del PIB y una inversión publica por $us. 4.024 millones.

Si hacemos un análisis rápido de las metas de los PGE desde el 2021 a este por aprobarse del 2025 (5 gestiones), se observa que del próximo año tiene las metas proyectadas más altas en inflación y la más baja en crecimiento económico, inclusive el año 2021 (post pandemia) el crecimiento económico proyectado fue de 4,4%, inflación del 3,9%, sin embargo, su déficit fiscal programado (-9,7% del PIB) fue apenas un poco mayor al del próximo 2025.

El PGE consolidado 2025 creció en un 12% respecto al 2024, a pesar de la situación de crisis financiera y económica que vive el sector público del país a corto y mediano plazo. Si hacemos un comparativa del 2010 al 2025, el PGE consolidado ha aumentado en un 180%, en los últimos 15 años, la tasa promedio de crecimiento del PGE fue del 7%, y en los últimos 5 año del 6%. Por lo que se hubiera esperado un incremento de esa cuantía, sin embargo, desde el 2015 no se observaba una suba (%) tan importante en nuestro presupuesto estatal. La sensatez y la responsabilidad económica apuntaba a que debería implementarse un PGE mesurado y austero, tal vez con una variación respecto al 2024 máxima del 5%, pero sucedió todo lo contrario, donde el mayor gasto publico seguirá siendo el sostén de este actual modelo económico ya desgastado.

Un dato llamativo es que el PGE consolidado 2025 representa el 95% del PIB nominal que logró Bolivia el año 2023. Si se cumple las estimaciones que nuestro crecimiento económico será para este 2024 menor al 2%, esta cifra podría ser mayor. Lo evidente es que en los últimos años, el PGE ha representado mas del 80% del PIB nominal de nuestra economía, como tan cierto es que de estos PGE aproximadamente un 85% fue administrado y gastado por el gobierno central, denotando burocracia y centralismo económica y política.

Otro dato interesante, es que de los ingresos presupuestados dentro del PGE, la deuda publica representa el 41% de los mismos, es decir, la ejecución y cumplimiento del mismo dependerá mucho de este financiamiento, principalmente de la deuda interna, que representará el 80% del total de la nueva deuda pública a incurrir el 2025 por un monto total de $us. 17.580 millones, donde en teoría debería estar incluido los bonos soberanos que desea vender el próximo año el gobierno nacional por $us. 3.000 millones.

En cuanto a los egresos presupuestados, el servicio de la deuda externa presupuestada para el 2025 será de $us. 2.536 millones, un 6% del total del PGE consolidado. Cerca al 30% de los gastos corrientes del 2025 serán destinados al pago de sueldos y salarios, esto sin tomar en cuenta aportes a la seguridad social y beneficios sociales. La inversión pública será menos a la del 2024, para el próximo año se ha presupuestado $us. 4.024 millones, bajo una política cuya formula es menor inversión pública, menor déficit fiscal pero menor crecimiento económico.

En conclusión, las metas gubernamentales plasmadas en el PGE 2025 son una aceptación “sin decirlo” por parte del gobierno sobre la crisis económica que vive y vivirá el país a corto y mediano plazo. Son proyecciones poco optimistas, donde indican que nuestra economía crecerá menos, tendrá más inflación y sobre todo mayor gasto publico a pesar de una crisis multdimensional donde destacan lo económico y político, con claros resultados negativos y palpables como el desabastecimiento de carburante, escasez de dólares e inflación creciente. Aumenta el presupuesto y decrece la economía, algo contradictorio como se observa, lo mas sincero es decir que se aumentaran los gastos y se mantendrán sus políticas sociales, en un PGE mas pensado en lo político que en la salud económica del país, donde la meta clara son las elecciones nacionales del 2025.