Luis Fernando Romero Torrejón, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, advirtió sobre el preocupante panorama inflacionario en Bolivia, que la coloca en el tercer lugar entre las economías más inflacionarias de Sudamérica. Según datos de octubre, Bolivia se ubica solo detrás de Argentina y Venezuela en cuanto a niveles de inflación. Mientras Argentina registra una inflación mensual del 2,7% y Venezuela un alarmante 9,6%, Bolivia muestra una tendencia de crecimiento sostenido en sus indicadores inflacionarios mensuales, acumulados y anuales.

Romero explicó que la inflación en Bolivia ha aumentado dramáticamente en 2024, situándose en niveles históricos. En comparación, la inflación de octubre es 21 veces mayor a la de enero de este año. Factores como la escasez de dólares, su precio elevado en el mercado paralelo, y los recientes conflictos sociales que desencadenaron bloqueos en las carreteras han contribuido al alza sostenida de precios. “A diferencia de Argentina, nuestra inflación tiende a crecer de manera sostenida, afectada no solo por temas económicos sino también por inestabilidad política y social”, señaló.

A corto plazo, la situación no parece mejorar. Romero advierte que el país podría seguir manteniendo su posición entre los más inflacionarios de la región, o incluso empeorar, mientras no se implementen medidas estructurales que solucionen las distorsiones cambiarias, comerciales y fiscales. La devaluación de la moneda boliviana y la pérdida de poder adquisitivo se han visto impulsadas por un déficit público crónico, y cualquier intento de solución, según el economista, será insuficiente si no se aborda la raíz del problema.

Romero también destacó que Bolivia ha superado las proyecciones inflacionarias para 2024, alcanzando niveles históricos en los últimos 29 años. Se espera que la inflación anual cierre entre el 10% y el 12%, lo cual representa un aumento seis veces mayor en comparación con la inflación de 2023. La inflación navideña, caracterizada por el aumento del consumo a fin de año, podría sumar una mayor presión sobre la economía nacional. Romero estima que, bajo este contexto, la devaluación de la moneda podría alcanzar un 60%.

“Diez días es muy poco tiempo para arreglar un problema de más de 10 años”, enfatizó Romero, aludiendo a las declaraciones recientes de las autoridades sobre una pronta estabilización.