El informe de Perspectivas mensuales de América Latina de BMI advierte que Bolivia enfrentará un crecimiento económico mínimo del 0,9%, una inflación del 15% y una deuda pública del 84% del PIB en 2025. Estas cifras reflejan una situación fiscal delicada, marcada por el déficit persistente y el incremento sostenido de la deuda interna y externa.

Según el análisis presentado por Luis Fernando Romero Torrejón, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, el gobierno no ha publicado datos presupuestarios actualizados, lo que genera incertidumbre sobre la política fiscal. Además, se observa una discrepancia entre las proyecciones oficiales y la realidad económica del país.

Principales hallazgos del informe:

Crecimiento económico limitado: La tasa proyectada de 0,9% es insuficiente para una recuperación económica sostenida.

Déficit fiscal persistente: Se espera que alcance el 9,7% del PIB en 2025, lo que prolonga la dependencia del endeudamiento.

Inflación en ascenso: Cerró en 9,5% en 2024, el nivel más alto desde 2011, y podría llegar al 15% este año.

Deuda pública en aumento: Podría alcanzar el 98% del PIB según el FMI, mientras que BMI la proyecta en 84%.

Presión sobre los hogares: La escasez de productos básicos, la devaluación del boliviano y la falta de liquidez en dólares afectan el poder adquisitivo de la población.

El informe señala que la economía boliviana enfrenta un momento crítico, con un modelo de gasto insostenible y la ausencia de medidas estructurales que permitan una estabilidad a largo plazo. El ajuste fiscal necesario para controlar el déficit podría tener un alto costo político, dada la actual situación social y económica del país.