El análisis de Luis Fernando Romero Torrejón, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, expone las razones estructurales detrás de la escasez de divisas y combustibles en Bolivia, tomando como referencia el reciente informe de la ministra de la Presidencia, Marianela Prada.

Según el economista, los problemas actuales responden a una caída sostenida en la producción y exportación de gas natural desde 2014, lo que redujo significativamente los ingresos en dólares del país. Esta disminución de divisas ha dificultado la capacidad del Gobierno para importar carburantes y financiar el déficit fiscal, obligándolo a recurrir a créditos externos, internos y a la monetización de las reservas de oro.

Impacto de la crisis y falta de soluciones estructurales

Romero Torrejón advierte que las cifras presentadas por el Gobierno son preocupantes. Entre 2021 y 2024, Bolivia gastó un promedio de más de 3.000 millones de dólares anuales en la importación de combustibles, lo que ha incrementado la presión sobre el sector público y ha generado serias dificultades para la producción, el comercio y el transporte, afectando tanto la economía macro como micro.

El análisis también señala que, en lugar de asumir responsabilidad por la situación, el Gobierno sigue buscando culpables externos, como Evo Morales o la Asamblea Legislativa, que aún no ha aprobado ciertos créditos. Sin embargo, no se ha reconocido que el modelo económico actual es cada vez menos sostenible y que persisten problemas estructurales no resueltos.

Una crisis multidimensional y el enfoque electoral del Gobierno

Romero Torrejón advierte que Bolivia enfrenta una crisis económica multidimensional, marcada por la escasez de carburantes, la falta de dólares y el aumento de la inflación, lo que está generando mayor conflictividad política y social en un año electoral.

El economista subraya que el país ha fallado en desarrollar una política energética eficiente, sin avances en sustitución de importaciones ni industrialización, manteniendo una dependencia excesiva de las materias primas exportadas. Con menos ingresos y gastos elevados, la crisis no se resolverá simplemente reconociendo el problema o buscando culpables, sino con reformas estructurales urgentes.