Luis Fernando Camacho rechaza el diálogo convocado por el Gobierno y responsabiliza a Arce por la crisis
El Gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, rechazó la convocatoria al diálogo nacional realizada por el presidente Luis Arce, argumentando que el Gobierno ha gobernado de espaldas al pueblo durante cinco años y ha sumido al país en una crisis económica, política y social sin precedentes.
Camacho cuestionó las intenciones del Ejecutivo y aseguró que este intento de diálogo responde únicamente a la desesperación de Arce por mantenerse en el poder, en lugar de buscar soluciones reales para la crisis que atraviesa Bolivia.
“Es evidente que esta convocatoria la hace porque está al borde del abismo que él mismo forjó con su soberbia, su incapacidad y su decisión de convertir a Bolivia en un país comunista como Cuba, según ha expresado él mismo”, manifestó el gobernador.
Además, el líder opositor recordó que, durante los últimos cinco años, el Gobierno ha recibido más de 4.500 millones de dólares en créditos sin rendir cuentas claras, mientras los bolivianos enfrentan largas filas para conseguir combustible y sufren el impacto de una economía debilitada.
“En estos cinco años han sido numerosas las denuncias contra ministros, funcionarios de YPFB y familiares del entorno presidencial sobre negociados y corrupción en la importación de diésel y gasolina. Hoy, todos los bolivianos estamos pagando el impacto de esa corrupción, haciendo colas en los surtidores y viendo cómo la inflación encarece los alimentos cada día”, expresó Camacho.
El gobernador cruceño también criticó el modelo económico implementado por el Movimiento al Socialismo (MAS) y afirmó que la solución a la crisis no es aprobar más créditos, sino un cambio estructural y un nuevo rumbo para Bolivia, algo que—según él—solo se logrará con un cambio de Gobierno en las elecciones generales de agosto.
Finalmente, Camacho reiteró que no participará en el diálogo convocado por el Gobierno, ya que considera que el pueblo boliviano rechaza mayoritariamente la gestión de Arce y su modelo económico.
“Luis Arce debe asumir las consecuencias de su gestión y de la destrucción de la economía y la democracia. No es posible asistir a un diálogo con un gobierno que solo busca perpetuarse en el poder sin asumir su responsabilidad por el daño causado al país”, concluyó.
La crisis política y económica sigue escalando en Bolivia, con posiciones cada vez más radicalizadas entre el Gobierno y la oposición.