Si bien el objetivo primario del BCRA es disminuir las tasas de interés a medida que descienda el coeficiente inflacionario, esa tarea (así como el objetivo de que las reservas lleguen a USD 30.000 millones a fin de año) resultará muy complicada en cuanto a su cumplimiento.

Los principales factores que atentan con la propuesta es la gran cantidad de dinero en poder del BCRA producto de la emisión de Letras que deben renovarse. En el caso que las tasas bajen y dejen de ser atractivas, los inversores no comprarían estos instrumentos y el dinero sobrante en el mercado generaría mayor inflación o un alza en la cotización del dólar informal. El mismo efecto produce la emisión para cubrir el déficit fiscal.

El hecho de mantener las tasas altas genera deterioro en la actividad económica por la dificultad en el acceso al crédito y por el aumento de la propensión al ahorro. Esta situación ya se vive en el día a día de las entidades bajo su órbita debido a que se conoció una disminución en la cantidad de las cuentas sueldo y del pedido de chequeras.