La Argentina deberá cambiar mucho si pretende tener un Mundial que no quede en el olvido. Es la conclusión de los ocho partidos de preparación (4-4) y España (8-0) le ha dado un baño de realidad acerca de dónde está parado el equipo a falta de cuatro días. Todavía tiene margen de mejora, pero con las bajas de Ginóbili, Delfino y Juan Gutiérrez la cuesta será empinada.

Entre la Argentina y España no hubo equivalencias, porque el local -aun perdiendo 20 balones (8 en el primer cuarto) y reservándose a Felipe Reyes y a Rudy Fernández- lo dobló en rebotes (55-28) y lo triplicó en asistencias (22-8).

A España le alcanzó con un cuarto. En ese lapso mostró otra dinámica y, pese a las 8 pérdidas, lastimó con sus tiradores (5 de 7 en triples) y marcó visibles diferencias en el juego interior con un binomio de otra jerarquía.

En el segundo tramo muy pocas cosas cambiaron. Para la Argentina lo más productivo pasó por Walter Herrmann (11). Sin embargo, no alcanzó para hacer pie. La Argentina se retiró con más dudas que certezas. Esta fue la síntesis:

España (86): Ricky Rubio 9, Juan Carlos Navarro 12, Sergio Llull 9, Pau Gasol 13 y Marc Gasol 14 (FI); Víctor Claver 2, Serge Ibaka 13, Sergio Rodríguez 8, José Calderón 3 y Daniel Diez 3. DT: Juan Orenga.

Argentina (53): Pablo Prigioni 7, Facundo Campazzo 9, Andrés Nocioni 10, Luis Scola 2 y Marcos Delía 0 (FI); Leonardo Gutiérrez 0, Walter Herrmann 11, Nicolás Laprovittola 0, Selem Safar 10, Matías Bortolín 2, Tayavek Gallizi (x) 2 y Marcos Mata 0. DT: Julio Lamas.

Arbitros: Antonio Gómez, Juan Redondo y Miguel Garmendia. Parciales: 25-10, 48-25 y 67-41. Estadio: Pabellón de los Deportes de Madrid (16.000 espectadores).