El extinto, que se hallaba jubilado, residía desde hace varios años en el barrio San Carlos de la vecina ciudad y fue un conocido comerciante de nuestro medio que se dedicó a la venta y reparación de neumáticos.

Su pasión por el fútbol, pero fundamentalmente por el Club A. Lilán hizo que se convirtiera en un referente de la entidad azulgrana, donde primero lo hizo como jugador y luego como un dirigente incondicional de todas las horas, integrando diferentes comisiones. Felipe, como se lo reconocía habitualmente, por su bonhomía y cualidades humanas supo rodearse de innumerables amigos y hacer del club su segundo hogar.

Sus restos, velados en España 2942 de Olavarría, serán inhumados hoy a las 10 en el cementerio Loma de Paz, previo responso en la capilla ardiente.