Glaucoma: la enfermedad silenciosa del ojo
El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico del ojo, es decir, el que transmite la señal al cerebro para poder ver. En la Semana Mundial del Glaucoma -la cual se conmemora del 6 al 12 de marzo- especialistas adviertieron que resulta importante tomar conciencia de una enfermedad silenciosa que puede llevar a la ceguera si no se la detecta a tiempo.
"Un dato interesante a saber es que la mitad de las personas en el mundo entero con glaucoma no saben que están afectadas ya que muchas veces es asintomático", señaló María Angélica Moussalli, oftalmóloga de la sección Glaucoma del Hospital Italiano de la ciudad de Buenos Aires.
"Hoy en día se estima que 80 millones de personas en el mundo tienen glaucoma y es probable que este número aumente a 111,8 millones en 2040", advirtió.
En tanto, según refirió la médica, en la Argentina se estima que el 40% de la población no sabe qué es el glaucoma y el 40% nunca se tomó la presión ocular en los últimos 5 años.
"El principal factor de riesgo para esta enfermedad ocular, está dado por la presión intraocular elevada y ésto lastima al nervio óptico", señaló Moussalli. "Si no se trata, el daño continuo sobre el nervio puede conducir a defectos del campo visual, discapacidad visual y hasta ceguera".
La presión ocular normal varía de 10 mmHg a 21 mmHg en la población por lo cual, un valor mayor a éstos indicaría que se está padeciendo glaucoma.
Diferentes tipos
Hay diferentes tipos de glaucoma: el congénito, el juvenil, el del adulto de ángulo abierto ó cerrado; y el secundario que se produce tras haber recibido un traumatismo o por el uso de corticoides.
"El más frecuente es el primario de ángulo abierto el cual suele aparecer a partir de los 35-40 años de edad", indicó la especialista.
Es por eso que resulta importante realizar un control oftalmológico anual a partir de los 40 años e incluso antes si hay factores de riesgo o se tiene familiares con glaucoma. En él se debe solicitar un examen oftalmológico de detección del glaucoma que incluya la toma de la presión ocular, curvas diarias, fondo de ojos, gonioscopia, toma de imágenes como el OCT y revisión de la función del nervio óptico con el campo visual. Ninguno de ellos es doloroso ni invasivo.
Si se padece glaucoma se debe saber que su tratamiento tiene como meta controlar la presión intraocular y detener la progresión del mismo.
Existen diferentes formas de tratamiento, desde la aplicación de gotas diarias, pasando por láseres hasta una cirugía incisional. Si el oftalmólogo indica un tratamiento vía medicación habrá que colocar las gotas en el horario indicado, utilizando recordatorios si fuera necesario y reponiendo la medicación a tiempo.
"Es importante comprender que el glaucoma no se puede curar y que cualquier daño que se haya producido en el nervio óptico no se puede revertir. Sin embargo, es posible mantener una visión central y periférica normal y no desarrollar más daño visual", indicó la especialista.