Esteban fue visto por última vez con vida por su madre el 28 de octubre de 2004, cuando Graciela se subía a un colectivo con destino a Sierra Chica. Desde ese día iniciaría un proceso de incansable búsqueda, de golpear puertas una y otra vez. Hasta el 26 de abril del año siguiente, cuando el cuerpo del joven de 17 años fue encontrado en un baldío.

Recién en enero de 2007 pudo enterrar sus restos en el cementerio, luego de largos meses de esperar para recibir el resultado del estudio de ADN que indicaba que efectivamente ese cuerpo era el de su hijo. Le entregaron restos de huesos.

Hace años ya que no hay movimientos en la causa por este homicidio, y en 2014 fue excarcelada la única persona que había sido vinculada al crimen de Mara. A pesar de que parece hasta innecesario hacer la pregunta, cuando se le consultó a Graciela sobre si tuvo novedades en la investigación, expuso que no. Algunos años atrás, luego de que le entregara una carta a la ex gobernadora María Eugenia Vidal, le brindaron un abogado de Tandil, pero después de una serie de reuniones no tuvo más novedades.

"No quiero dejar de recordar que el crimen sigue impune", refirió Graciela sobre el homicidio de Esteban, quien este año cumpliría 34 años, el doble de la edad que tenía cuando lo asesinaron. Como si fuera necesario decirlo, Alderete expresó también a EL POPULAR que "no voy a bajar los brazos hasta hacer saber a la sociedad que convivimos con asesinos".

Sin dudas Graciela sostiene una lucha incansable para lograr Justicia, en medio de un sistema que nunca le ha dado respuestas y siempre le ha generado más preguntas. Su certeza es, claramente, continuar con este pedido como lo hace desde hace muchísimos años, con la esperanza de que sean cada vez más las personas que la escuchen, y que Esteban no sea olvidado.

"Sería más fácil si pudiera hacer Justicia", dijo tiempo atrás en otra charla con este Diario. "No sé ni por qué motivo lo mataron, y tampoco por qué hicieron desaparecer el cuerpo", se preguntó también, sobre situaciones que nunca nadie le pudo responder. Hoy en día recurre al monolito ubicado en el acceso a la ciudad por avenida Pringles, donde recuerda a Esteban con amigos y familiares. Acompañada de sus nietos, que sin dudas son el sostén más grande.