Las tareas de rescate del pequeño Julen, el niño de dos años que el domingo por la tarde se cayó a un pozo de más de 100 metros de profundidad en la localidad de Totalán (Málaga), siguen sin cesar.

Pese al tiempo transcurrido, los servicios de rescate trabajan por segundo día consecutivo para excavar de forma rápida y segura una vía alternativa que llegue hasta el niño, aunque el paradero exacto en el orificio aún es un misterio.

Una cámara que fue bajada hasta casi 80 metros en el hoyo localizó la bolsa que llevaba Julen, que se precipitó por el estrecho brocal cuando corría a apenas dos o tres metros de sus padres, y un tapón de arena que impide profundizar más.

Los especialistas extraen esa tierra por succión, mientras van poniendo en práctica de forma paralela las tres vías posibles para intentar llegar al niño y sacarlo sano y salvo.

Los padres, que hace apenas dos años perdieron a otro hijo pequeño por un infarto súbito, siguen sobre el terreno las tareas de rescate. Pero de Julen, de momento ni rastro. (Diario El País)