La Corte Suprema de Brasil decidió enviar a juicio oral a Jair Bolsonaro y siete exfuncionarios acusados de intentar un golpe de Estado para impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva tras las elecciones de 2022. La fiscalía sostiene que el expresidente ultraderechista lideró una organización criminal que buscaba abolir violentamente el Estado democrático de derecho. De ser hallado culpable, Bolsonaro podría enfrentar hasta 40 años de prisión.

Los jueces del Supremo Tribunal Federal votaron de manera unánime para aceptar la denuncia presentada por la Procuraduría General de la República. La acusación también alcanza a exministros y exmilitares de alto rango, señalados como parte de un plan golpista que incluía la emisión de un decreto para instaurar un "estado de defensa" e incluso el asesinato de Lula y del juez Alexandre de Moraes.

El intento de golpe culminó con la violenta invasión de las sedes del Congreso, la Presidencia y el Supremo por miles de bolsonaristas en enero de 2023. Sin embargo, la conspiración no se concretó debido a la falta de apoyo de los altos mandos del Ejército y la resistencia de las instituciones democráticas.

Durante el proceso judicial, los magistrados destacaron que la intentona golpista fue parte de un plan coordinado desde 2021, cuando Bolsonaro comenzó a difundir desinformación sobre el sistema electoral. El juez De Moraes subrayó que se trató de un intento de golpe "violentísimo", mientras que su colega Cármen Lúcia enfatizó que "el intento de matar la democracia es un hecho" y que "la dictadura vive de la muerte, mientras que la democracia depende de la confianza de la sociedad".

Bolsonaro, quien no compareció ante la corte en Brasilia, sigue proclamando su inocencia y denuncia persecución política. A pesar de estar inhabilitado electoralmente, el exmandatario mantiene su intención de regresar a la política y presentarse en las elecciones presidenciales de 2026, en un contexto en el que Lula enfrenta una caída en su popularidad. //