Nueva jornada de protestas en Brasil a cuatro semanas del Mundial
Miles de personas volvieron a salir a las calles de al menos 15 ciudades para manifestarse contra el alto gasto público, reclamar por mejores servicios y exigir soluciones a los problemas habitacionales antes del inicio de la Copa del Mundo.
"Tienen 28 días para resolver esto. Si no, habrá problemas", amenazó el líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo, Guilherme Boulos, al gobierno, tras una mañana de conflicto en Sao Paulo, según cita la agencia digital brasieña 247AD.
Los manifestantes piden viviendas y la regularización de terrenos invadidos por sus militantes, mientras la propia presidenta Dilma Rousseff les ha prometido estudiar el caso.
Esta mañana hubo vías bloqueadas con neumáticos y palos, especialmente en las adyacencias del estadio Itaquerão, donde se inaugura la Copa del Mundo con el partido Brasil-Croacia, en el marco de la denominada Jornada Internacional de Luchas contra la Copa, que empezó con actos y manifestaciones en San Pablo.
Los manifestantes, de distintos sectores sociales y sindicales, llevaron a cabo actos durante esta mañana, en los que ocuparon la avenida Paulista -centro financiero de la ciudad- y otras importantes calles, agravando el rutinario caos en el tránsito, según citaron las agencias DPA y EFE.
De acuerdo al Comité Popular de la Copa, actos similares tendrán lugar a lo largo de la jornada también en otras ciudades brasileñas y en el exterior hay protestas programadas en ciudades como Buenos Aires, Santiago, Barcelona, Bogotá, Paris, Londres y Berlín.
El grupo afirmó que la principal demanda es el respeto al derecho de libre manifestación, para que no se repita la violenta represión a las protestas que sacuden Brasil desde la Copa Confederaciones de junio del año pasado.
"Es a través de la libertad de manifestación que exigiremos los demás derechos. Este es un derecho básico, la base de la democracia", afirmó Juliana Machado, integrante del Comité Popular de la Copa en San Pablo al portal UOL.
Los actos de esta mañana fueron coordinados por grupos sociales -como el Movimiento de los Sin Tierra y el de los Sin Techo-, y pese a no tener relación directa con las protestas anti-Mundial convocadas bajo la consigna "¿Copa para quién?", las distintas organizaciones coinciden en parte de los reclamos.
El Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) supervisa la ocupación cercana al estadio de Itaquerá, sede de la inauguración del Mundial, por parte de 5.000 brasileños empobrecidos que sostienen que la construcción de la cancha es culpable de la suba del alquiler que los obligó a dejar sus viviendas.
En esa zona, clave para el evento internacional, uno de los organizadores de las protestas de esta mañana, confirmó que continuarán con los actos el próximo jueves 22 y que no abandonarán las medidas hasta el inicio del Mundial.
Durante la tarde, movimientos anti-Mundial también manifiestan en las calles paulistas entre los que se espera la presencia de los Blac Block, los jovenes que usan como táctica la destrucción del patrimonio público y que fueron protagonistas de protestas durante todo el año pasado.
Desde el gobierno, se intenta tranquilizar la opinión pública y se garantiza el derecho a las protestas mientras que estas sean "pacíficas".
En esa línea, el ministro de Deporte, Aldo Rebelo, afirmó que "no hay que tener ningún tipo de pánico" y volvió a garantizar la seguridad durante el certamen de la FIFA.
"Nadie puede matar, agredir o depredar en manifestaciones, pero la protesta pacífica es legítima y no tiene que haber preocupaciones por eso", declaró el ministro ante una comisión del Senado.
Rebelo fue preguntado sobre las manifestaciones que diversos movimientos sociales realizan hoy. "Por lo que vi, son reivindicaciones específicas de grupos de trabajadores, pero nada relacionado con el Mundial", dijo Rebelo, pese a que la propia convocatoria de las manifestaciones incluye el rechazo a la gran cita del fútbol mundial y a la inversión pública en el evento.
"No hay que tener ningún tipo de pánico" en relación a la seguridad de las selecciones, delegaciones y los cerca de 600.000 extranjeros que son esperados para el Mundial.
En este marco, efectivos de la Fuerza Nacional de Seguridad llegaron hoy a Recife, ante la denuncia de saqueos a los comercios ante una huelga de agentes de la policía militarizada.
El envío de las tropas federales fue solicitado anoche al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff por el gobernador del estado de Pernambuco, Joao Lira Neto.
Recife es una de las 12 ciudades sede del Mundial y recibirá cuatro partidos de la fase de grupos.