La dieta paleolítica: los riesgos de comer como los cavernícolas
Caer en la desesperación a la hora de bajar de peso puede conducir a las dietas como la paleo o paleolítica, un régimen que defiende comer como en la prehistoria y que, supuestamente, es el secreto para lucir el "lomazo" de famosas como Beyoncé o Uma Thurman, aunque los cavernícolas se movían mucho más y no tenían controles remotos. Así, y con libros como "Las mujeres cavernícolas no engordan", de la nutricionista Esther Blum, defienden alimentarse sólo de aquello que comían los "paleo", prohíbe ingerir cereales, lácteos, legumbres o alimentos fermentados y priman las carnes y pescado.
Sus defensores dicen que con ella se puede conseguir un cuerpo como tenían los hombres en el paleolítico, es decir delgado, con buena masa muscular y sin enfermedades crónicas como la diabetes, obesidad, hipertensión o el cáncer.
El catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada y experto en Nutrición, Emilio Martínez explicó que esta dieta en auge "resulta aburrida", radicaliza el aumento de proteínas de la "dieta Dukan" y no se adapta al mundo actual.
"Nosotros no somos paleolíticos, no corremos detrás de animales para cazarlos y comernos su carne ni pescamos con lanza. El secreto es comer menos energía de la que gastamos y los paleolíticos eran activos, no tenían como ahora control remoto y sofá", subrayó Martínez de la Victoria.
Por otra parte, los especialistas explicaron que no desarrollaban enfermedades como la diabetes tipo 2 o el cáncer sencillamente porque la expectativa de vida era menor de 20 años. De modo que ni tiempo tenían para desencadenar esos males.
El catedrático y director durante una década del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos recalcó que esta dieta provoca una gran carga renal, no es equilibrada, causa un déficit de calcio y no siempre adelgaza "porque si se come carne y pescado con grasa, engorda".
El nutricionista consideró que esta dieta cumple las típicas condiciones de las dietas milagro y se le atribuye unos "beneficios desorbitados", aunque apunta matices.
"Acusar a esta dieta de que puede ser peligrosa me parece un error, al igual que también lo sería alarmar con que ser vegetariano o vegano es peligroso. Estos tres ejemplos restringen alimentos, pero no conllevan déficit nutricionales si están bien diseñadas", explicó.
"Engordamos porque comemos más de lo que necesitamos, porque la actual sociedad tiene la comida como placer con 100 mil referencias en cualquier supermercado, algo impensable en el Paleolítico", destacó Martínez, que recomienda correr más como los ''paleos'' y comer como mediterráneos. Lo cavernícola igual está en alimentarse sin cabeza.
Los productos "adelgazantes" suelen ser fuente de frustraciones. Peor puede ser que si, además de no cumplir con las promesas publicitarias, enferman. Algunas características para detectarlos y descartarlos:
Suelen aparecer en épocas concretas del año con campañas publicitarias muy agresivas y de duración corta con promesas muy atractivas como "pierda peso sin dejar de comer", "contiene una sustancia devora grasa", "pierda peso mientras duerme", etc.
Utilizan personajes famosos, supuestos profesionales que explican el producto y personas que aseguran haberlo probado.
En la publicidad, a veces, aparecen imágenes de antes y después, que son imposibles de comparar por el tamaño y calidad de las fotografías, vestimenta y postura de la persona, etc.
Ofrecen grandes pérdidas de peso en poco tiempo y sin esfuerzo.
En estos productos se suele aclarar que no causan efectos secundarios porque son "totalmente naturales". Sin embargo, hay que tener en cuenta que aunque sean naturales, pueden tener efectos secundarios, como por ejemplo alergias.