"Estoy muy contento", resume. "Antes de viajar tenía algunos objetivos y los resultados son buenos", dice con tranquilidad.

De las once ocasiones en las que pudo despegar, el "Flaco" superó en tres oportunidades los 300 kilómetros y acumula otros cercanos a esa marca. "Llevo más de 2 mil kilómetros en total y mejoramos los puntos de 2019, que era otro de los objetivos. Me quedan cuatro días más en Brasil y de ese tiempo pueden ser uno o dos vuelos más buenos", apunta.

Después del inicio complicado, Lestarpe entendió cómo hidratarse y alimentarse en un medio que no es el que está habituado; además del descanso, otra de las cuestiones clave en el rendimiento sobre el ala. "Podría despegar sin dormir o con muy poco descanso pero después no rendís en vuelo y terminás haciendo una macana", explica.

"Los brasileros me han tratado impecable y ellos me han dado distintos tips de cuidados", comenta más tarde.

"Errores de vuelo no he tenido y eso me pone muy contento. Técnicamente estoy impecable pero hay detalles que no conocés y ellos sí, por eso me recomendaron qué consumir", menciona el parapentista.

En cuanto a lo climático, el piloto lamatritense detalla que a diferencia de la Argentina "es más parejo. Acá hay dos meses de lluvia y después no llueve más. Lo que si varía es la intensidad y la dirección del viento, y cuánta nube se va a formar. Lo que cambia mucho es la cantidad de horas de vuelo porque allá el máximo es 8 horas y acá 12", indica.

Lestarpe superó las 10 horas sobre el parapente en uno de los vuelos y varios superaron las 9 horas en el cielo "y en La Madrid, el vuelo más largo que había hecho era de 7:40", menciona y agrega: "despegás cuando está saliendo el sol y aterrizás porque se está haciendo de noche".

En el parapentismo la concentración es vital pero el Flaco tiene su propia metodología. "Para mí es imposible estar concentrado todo el vuelo por el desgaste que significa y porque no puedo, y corro el riesgo de hacerlo en los momentos importantes por eso voy ‘jugando’ con eso. Cuando vuelo con otro piloto es divertido pero cuando voy solo paso videos y fotos, intentando distraerme y relajarme", describe.

Sobre cómo sobrelleva los vuelos detalla que lleva 2 litros de bebida y le da importancia a la alimentación: barritas de cereal y "rapadura" que es como un terrón de azúcar, "un estimulante natural que cuando se te va bajando el azúcar te reanima".

Con respecto al cansancio recuerda que "al llegar estaba cansado y sin haber dormido salí a volar, y eso me pasó factura". Por eso cambió su estrategia y le da importancia también al descanso.

En cuanto a las temperaturas que debe soportar el parapentista menciona que "cuando se vuela alto la temperatura no se siente tanto pero sí cuando están bajo, estaba muy abrigado y no me hidraté como correspondía, eso me pudo haber costado mucho y me asusté porque me descompuse y se me bajó la presión. Fue un susto y una frustración pero son errores que se pueden corregir".

"Lo que más afecta es el cambio de presiones. Pasás de estar a 2.400 metros a 100 en 10 minutos y después volvés a subir y ese cambio de presión te afecta", suma más tarde.

"El único objetivo que me falta es volar los 400 kilómetros, el resto los cumplí todos. No hay que arriesgar y estar seguros. Estoy más que bien y lo que venga lo vamos a agarrar. El vuelo depende del día que te toque", cierra Damián Lestarpe.