Daniel Puertas

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Si la ubicación de Eduardo Rodríguez al lado de Juan Sánchez e inmediatamente por delante de Marcelo Latorre y Emilio Vitale tiene un significado especial es algo que se verá en el futuro inmediato. En sus primeras declaraciones públicas después de su alejamiento del eseverrismo, el ex presidente del cuerpo se dijo cercano a Sergio Massa y a sus concejales olavarrienses Latorre y Vitale.

Juan Sánchez, titular de otro bloque unipersonal, siempre estuvo más cerca por historia y convicción de la rama sindical que del kirchnerismo puro y duro pero todavía no se ha definido públicamente por las dos grandes corrientes que hoy pujan dentro del peronismo, una la encabezada por CFK y la otra integrada por los llamados, con justicia o no, "peronistas racionales".

Dentro del bloque peronista también está Germán Aramburu, que también hablan de la renovación en su nombre, una variante que trata de mantener una personalidad propia sin estar en contra del kirchnerismo y que, además, se mueve por los senderos aprobados sin demasiada alharaca por el papa Francisco, un actor lejano pero importante para el justicialismo de hoy aunque más no sea como referencia moral.

En los próximos meses todos los concejales peronistas deberán seguramente elegir el espacio donde vivirán una campaña electoral que ya está en marcha. Los que ya lo eligieron, los kirchneristas de paladar negro, sólo deben esperar el discurrir de los acontecimientos con una decisión ya tomada.

Por lo pronto, Eduardo Rodríguez, llegado a la política en serio de la mano de Helios Eseverri, al que acompañó en su salto al kirchnerismo para después transformarse en una de las principales espadas de José Eseverri, ya está definido como una suerte de neoperonista y alejado del radicalismo aliado de Cambiemos.

El también deberá elegir un espacio.

Pero la actitud de Eduardo Rodríguez revela también cosas que van más allá de su situación y objetivos personales. Muestra que no está todavía demasiado claro cuál será el camino que transitará de aquí en más José Eseverri y si en realidad a este le interesa mantenerse como un líder político e intentar conservar el espacio armado y cultivado por su padre.

Helios Eseverri hegemonizó la política local por más de veinte años. Después de su muerte, José continuó como heredero de la dinastía, ganó limpiamente las elecciones. Su derrota en pleno auge de la ola amarilla sorprendió a todos, incluso al PRO y a los radicales que lo acompañaron.

Desde entonces, hubo pocas señales convincentes que mostraran a un José decidido a volver a ser jefe comunal. La otra derrota en las legislativas marcó que el eseverrismo conservaba un caudal electoral respetable pero muy lejano a aquel de los tiempos dorados.

Hoy existen muchas dudas y se da una situación extraña, con un bloque de concejales que siempre acompañó primero a Helios y después a José pero hoy quizá no sepa que le deparará el futuro cuando llegue el momento de acudir de nuevo a las urnas.

Seguramente tienen ideas claras respecto de lo que pretenden para la ciudad y cómo tratar de alcanzar esos objetivos desde su función específica, pero cuando llega el momento de las elecciones también deben tener un candidato y una plataforma.

Si José Eseverri quiere volver a ser candidato, seguramente esas dudas se disiparán. Si no es así, habrá que ver si alguno de ellos tiene la vocación y la voluntad para llevar adelante un partido, aunque sea vecinal. Y también deberán decidir a qué referente provincial y nacional acompañan.

Quien también debe tener unas cuantas dudas es Gabriela D''Elía, ya que su espacio, el encabezado por Margarita Stolbizer, todavía no definió si vuelve a intentar conformar ese partido social demócrata con el que siempre soñó Ricardo Alfonsín, uno de sus potenciales aliados.

Pero en los comicios anteriores los margaritos acompañaron a Sergio Massa ern una experiencia que no fue demasiado grata para ninguno de ellos. Y Massa ahora pareciera pretender ser el candidato obligado de los peronistas anti K.

Mucho más tranquilos respecto de sus opciones están los concejales del oficialismo, ya que parecen muy decididos a seguir acompañando a Mauricio Macri a pesar de todas las dificultades y así lo dejan en claro en cada sesión.

Ellos seguramente son bien conscientes que su suerte política estás atada irremisiblemente a la de los gobiernos nacionales y provinciales y se ilusionan con el fin de la tormenta, seguros que cuando finalmente escampe tendrán ante sí un panorama más venturoso.

Y si no es así seguramente, como el resto de los argentinos, tendrán unos cuantos problemas más importantes de los cuales ocuparse.