Con un deterioro cognitivo progresivo, el Alzheimer complejiza la vida cotidiana de una buena cantidad de argentinos de la tercera edad. El orden, la rutina y la paciencia, son las claves para acompañar a este sector de la población y fomentar su autonomía.

El Alzheimer es un tipo de demencia caracterizado por un deterioro cognitivo progresivo que afecta funciones cerebrales superiores tales como la memoria, el lenguaje, la percepción, la atención, el pensamiento y la conducta, alterando la capacidad de la persona para desenvolverse en forma independiente en sus actividades habituales.

Mientras que en 2015 la Asociación Internacional de Alzheimer contabilizaba 503.000 personas con demencia en la Argentina, se calcula que por el aumento en la expectativa de vida, en el año 2050 la cifra ascenderá a 1.181.000 personas.

En este escenario resulta fundamental tener información sobre cómo acompañar a este sector de la población para que puedan preservar su autonomía.

Es por eso que, en el marco de la organización de la 10ª Caminata Nacional por el Alzheimer, la Fundación Ineco, que preside el neurólogo Facundo Manes, trabaja en impulsar distintas actividades para concientizar sobre la salud del cerebro y el rol del círculo cercano de los pacientes.

"Es esencial que la gente empiece a conocer sobre los distintos aspectos de esta enfermedad y la forma de brindar el mejor apoyo y tratamiento. Mientras uno más sabe, más cosas puede hacer para mejorar la calidad de vida de sí mismo y de las personas que lo rodean", apuntó Julián Bustin, jefe de la Clínica de Memoria de Ineco.

SIETE CLAVES PARA EL CUIDADO

- Rutina organizada. Evite las transformaciones bruscas que puedan aumentar el sentimiento de inseguridad, un cambio como la redecoración de un cuarto, por ejemplo, puede ser un factor de desestabilización. Es necesario que las rutinas se conviertan en la base de sus actividades: trate de conservar al máximo los hábitos que el paciente ya tiene.

- Adaptación del hogar. Para evitar cualquier tipo de accidente doméstico es necesario quitar cables eléctricos sueltos que arrastren por el suelo y acolchar puntas de muebles que sobresalen puede ser una buena medida. Una buena iluminación, así como reducir al mínimo los obstáculos que se presenten en el interior de una casa son dos acciones fundamentales para la vida de una persona con Alzheimer. Como medidas de seguridad, especialmente necesarias si la persona vive sola, resulta útil tener detectores y alarmas de humo, así como dejar a mano y cerca de todos los teléfonos los números de familiares cercanos que pudieran ayudar a la persona en caso de emergencia.

- Vestimenta. Algunas tareas del día a día, como vestirse, le demandarán a una persona con Alzheimer un poco más de tiempo. Deberá tener la paciencia suficiente para que el paciente pueda completar la tarea por sí solo. Es conveniente, además, que previamente haya dispuesto solo la ropa de esta temporada, retirado la ropa sucia para que el paciente no vuelva a utilizarla. También es recomendable clasificar la ropa por cajones y estantes (idealmente con etiquetas que los distingan).

- Sentarse a la mesa. Respetar horarios preestablecidos, proponer un lugar bien iluminado y utilizar contrastes con diferentes colores (por ejemplo, un mantel rojo con un plato color blanco) resultan de gran ayuda para una persona que padece algún tipo de demencia. Es interesante también invitarles a poner y quitar la mesa dándoles los cubiertos de a uno.

De no poder hacer uso de los utensilios de comida, puede permitírseles comer con la mano. Si se les dificulta la deglución, consultar a un especialista y si es su indicación, partirles la comida en trozos pequeños.

- Uso de sanitarios. Igual que ocurre con el resto de las actividades, conservar una rutina ayuda a evitar que el paciente olvide de asearse. En el caso del baño, resulta indispensable realizar una adaptación del cuarto; disponer de ayudas técnicas (como barrales de agarre, antideslizantes, banquetas plásticas, guantes esponja, entre otros) y retirar todos los objetos que no sean necesarios para la actividad. Ir paso a paso: fraccionar la actividad en etapas, dándole tiempo al paciente de realizar cada una de ellas.

- Vida social y relación con la tecnología. Algunas de las actividades recomendables en la fase temprana están relacionadas con lo artístico: escuchar música, pintar, bailar, leer, ir al cine, al teatro o a conciertos, son todos planes, de a uno por vez y buscando evitar la sobreestimulación, impactaran de forma positiva en la calidad de vida del paciente. También lo son realizar caminatas, dedicarse a la jardinería y hasta tener una mascota. También la inclusión digital, que permite al paciente leer las noticias, navegar en Internet, enviar y recibir mensajes de seres queridos es bienvenida.

- Comunicación. Una cuestión importante para relacionarse con personas que padecen Alzheimer tiene que ver con comprender sus tiempos, ser paciente y comprensivo. Durante la conversación, es importante llamar a la persona por su nombre y evitar las interrupciones que puedan hacerle perder el hilo de la charla. Estimular a que la conversación sea idea y vuelta y no un monólogo tendrá un impacto positivo en el paciente. Escuche a la persona, préstele atención, haga contacto visual mientras le habla y esté atento al tono y volumen de la voz, así como al lenguaje corporal. Limite las distracciones y ruidos, apagando la radio o televisor; y cerrando cortinas o puertas.

Haga preguntas con respuestas entre dos opciones, por ejemplo "¿querés pollo o carne?". En caso de dificultarse, haga preguntas con las que pueda responder con un sí o un no.