Aquí está el Papa, aquí está, reapareciendo ante los tres mil fieles reunidos desde la mañana en la explanada del Hospital Gemelli que ha visto una cadena ininterrumpida de oraciones por su recuperación durante estos treinta y ocho días de hospitalización. Unas pocas palabras desde el pequeño balcón de la quinta planta, el rostro marcado, las manos sobre las rodillas levantadas para bendecir y los pulgares en alto. Un atisbo de sonrisa al ver y oír a esta multitud que grita: «¡Francisco, Francisco!», «¡te queremos!», «¡estamos aquí por ti!».