El presidente Javier Milei lideró el acto central por el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas en Retiro, acompañado por autoridades del Gobierno, fuerzas militares y excombatientes invitados. Tras detenerse ante la placa del soldado desconocido y colocar una ofrenda floral en el monumento a los héroes de Malvinas, dio un discurso breve pero contundente.

Milei reafirmó la soberanía sobre las islas y sostuvo: “El voto más importante es el que se hace con los pies, y aspiramos a que los malvinenses elijan ser argentinos. Queremos ser una potencia para que eso suceda sin necesidad de disuasión”. Defendió su modelo de país señalando que la soberanía no se basa en un Estado con muchas empresas o en el financiamiento de industrias como el cine o los recitales. Para él, creer que más Estado significa más soberanía es un engaño que solo ha generado pobreza y dependencia.

Cuestionó las decisiones de los gobiernos anteriores, acusando a la casta política de haber dañado el reclamo soberano con corrupción e incompetencia. “Nadie toma en serio el reclamo de una nación que se alía con dictadores y empobrece su propio suelo”, afirmó. También criticó la desarticulación de las Fuerzas Armadas, argumentando que su debilitamiento solo ha favorecido la permanencia británica en las islas.

Milei insistió en que Argentina debe fortalecerse material y espiritualmente para recuperar su lugar en el mundo, aplicando políticas de libertad y apertura económica. En cuanto a la defensa nacional, reivindicó la importancia de unas Fuerzas Armadas robustas, necesarias para proteger el territorio en un contexto internacional incierto. “Un país fuerte es un país respetado”, concluyó, marcando el fin de una etapa en la que, según él, las Fuerzas Armadas fueron menospreciadas.