Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los murciélagos y los colibríes, están, cada vez más, amenazados por los efectos de la actividad humana, por dicho motivo, para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible, las Naciones Unidas declararon el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas.

Este día es una buena ocasión para resaltar la importancia de los apicultores y el papel esencial que desempeñan las abejas y otros polinizadores en el mantenimiento de la salud de las personas y del planeta, salvaguardando la biodiversidad y contribuyendo a la seguridad alimentaria y la nutrición.

Las tasas actuales de extinción de especies son de cien a mil veces más altas de lo normal debido a las repercusiones humanas. Casi el 35 por ciento de los polinizadores invertebrados –en particular las abejas y las mariposas–, y alrededor del 17 por ciento de los polinizadores vertebrados –como los murciélagos– están en peligro de extinción a nivel mundial. Sin embargo, la población de polinizadores –en especial abejas y mariposas– ha disminuido de manera preocupante, debido principalmente a prácticas agrícolas intensivas, cambios en el uso de la tierra, plaguicidas (incluidos los insecticidas neonicotinoides), especies exóticas invasoras, enfermedades, plagas y el cambio climático. Los agricultores y los responsables de las políticas tienen un papel importante que desempeñar en la protección de nuestros polinizadores.

El objetivo principal es proteger a las abejas y a otros polinizadores para detener la pérdida de biodiversidad de nuestros ecosistemas y contribuir de forma significativa a resolver los problemas relacionados con el suministro de alimentos que se verían amenazados en todo el mundo.

La sociedad necesita conocer su importancia y actuar pues la población de polinizadores en especial abejas y mariposas ha disminuido de manera preocupante, debido principalmente a prácticas agrícolas intensivas, cambios en el uso de la tierra, plaguicidas, especies exóticas invasoras, enfermedades, plagas y el cambio climático.

La polinización es un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Casi el 90 por ciento de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse; asimismo, el 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización y el 35 de las tierras agrícolas mundiales. Los polinizadores no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que además son indispensables para conservar la biodiversidad.

Desde la Fundación Amigos de las Abejas trabajamos para sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de proteger los insectos polinizadores y fomentar la apicultura como último reducto de la abeja apis melifera, así como las buenas practicas agrícolas que reduzcan el uso de insecticidas y practiquen un uso del suelo agroecológico.

Es necesario incrementar la colaboración, el intercambio de conocimientos entre organizaciones nacionales e internacionales, instituciones académicas y redes de investigación para gestionar, investigar y evaluar a los polinizadores y los servicios de polinización que prestan a todos los ecosistemas.