Desde hace muchos años este edificio, ubicado a una cuadra y media de la avenida Pringles y que se encontraba en el predio de Ferrosur, se encontraba abandonado, y las puertas y ventanas estaban cubiertas con chapas, aunque.

La medida se habría promovido desde la empresa dueña del predio, que se extiende desde Bolívar hasta Colón, aunque no hicieron declaraciones sobre esta decisión.

Precisamente en abril de este año, desde el bloque de concejales Frente Amplio-UNEN habían mostrado su preocupación por el estado de abandono de este edificio, dado que constituía "un foco de inseguridad urbana y sanitaria".

Al respecto, los concejales Fernanda Araneo, Franco Cominotto y Ernesto Cladera plantearon a través de un comunicado que "la responsabilidad primaria en cuanto al mantenimiento corresponde al o los titulares de las propiedades", aunque pidieron la colaboración al Municipio para "prevenir la inseguridad o los problemas sanitarios que se pueden originar en el lugar".

En este sentido, en el comunicado reclamaban "que se dé un fin útil a la edificación", aunque en las últimas horas se decidió la demolición completa del edificio.