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La noticia de la semana fue el encuentro de Ignacio Hurban (o Guido Montoya Carlotto) con las familias de sus padres biológicos. Fue el nieto recuperado con más repercusión por la dimensión de su abuela materna, Estela Carlotto, quien viene liderando la búsqueda de bebés apropiados durante la última dictadura militar. El encuentro fue sumamente emotivo y conmovedor. Ignacio se manejó con absoluta frescura, naturalidad y madurez frente a los medios y, además, con el equilibrio emocional que da la crianza con amor y la buena fe. Pacho -así se lo llama aquí- es muy buena gente, y sus padres lo criaron y educaron de esa manera. Él mismo se preocupó por destacar en igual intensidad el amor por todos los integrantes de su familia ahora sumamente ampliada.

Lo que sigue, en el plano emocional y afectivo, es la integración de todos ellos. Aquí no hay identidades excluyentes sino concurrentes. Algo así expresa Andrés Malamud en una nota reciente.

Ignacio fue criado por una familia de campo a la que le entregaron el bebé. Lo que se busca ahora es develar quién o quiénes participaron de esa cadena hasta que el bebé llegó al matrimonio Hurban.

Ayer, el ex juez en lo Penal, Jorge Moreno, instaba a ver si Pacho había sido anotado como hijo biológico o si se había realizado un trámite de adopción. La jueza María Servini de Cubría, quien en su juzgado se confirmó el hallazgo como otros trece más, según dijo a Perfil, solicitó la misma documentación. En esa documentación y en develar quien le informó supuestamente a Aguilar de la existencia de ese bebé está lo medular del caso en materia judicial. En Olavarría se tejen varias hipótesis de quien pudo haber sido el militar que pudo haber dado el dato o allanado el camino hacia el Hospital Militar que es donde dicen que estaba el bebé nacido en cautiverio.

Se habla también de quienes concurrían asiduamente al Regimiento a almorzar o cenar con los jefes militares para compartir negocios o ideologías o datos entre los cuales pudo haber estado éste referido a la posibilidad de conseguir algún chico para un matrimonio cercano y deseoso de poder criar un hijo. No se descarta nada, las versiones incluyen a militares, médicos policiales y militares y hasta la de un presidente de un club muy cercano a los ámbitos castrenses. El ex juez en lo Penal, Jorge Moreno cree encontrar alguna vinculación del tal Aguilar con el regimiento a partir de su participación en la Sociedad Rural, pero entre las hipótesis, habría que hurgar en las relaciones personales más allá de las institucionales.

A fondo

La alegría por el reencuentro fue un tanto empañada por una polémica surgida entre la titular de Abuelas y la jueza Servini de Cubría porque se había filtrado el nombre de Ignacio el mismo martes, el día de la confirmación del vínculo entre él y las dos familias biológicas. "Yo le di toda la documentación y la foto que tenía a Estela. La foto no salió del expediente. El expediente quedó en el juzgado. La familia tiene también malestar con el Banco de Datos Genéticos", dijo, aludiendo a la interna entre la doctora Belén Rodríguez Cardoso, presidente de la entidad y el Gobierno y Abuelas.

La magistrada está dispuesta a ir a fondo como en los otros casos, y además, esa fue siempre la postura de Abuelas. "Primero hay que ver dónde tuvo el hijo de Laura. Un soldado dice que lo tuvo en el Hospital Militar. Hay que ver con qué militares estuvo en contacto en el lugar de detención, quién se lo saca a la madre", dijo al mismo medio, y no descartó preguntarle a la pareja Hurban "quien le dio el bebé en las manos (…) si lo anotaron como propio y si se falsificó el acta de nacimiento", que fueron las mismas preguntas que se hizo el ex juez Moreno.

La verdad y la integración

En síntesis, todo esto lo develará seguramente la Justicia. Lo más importante es que Ignacio pudo encontrarse con las familias de sus padres biológicos y ampliar su ámbito de amor familiar. El resto, obviamente también relevante, tiene que ver con el esclarecimiento de una verdad histórica que se le sigue negando a los argentinos.

Pero Ignacio, y esto es notable en él, fue criado con amor. Estela Carlotto habló de buena fe de sus padres de crianza. Él construyó su identidad y ahora seguramente la enriquecerá incorporando la otra historia, la de sus padres biológicos, la de dos jóvenes que de pronto, con apenas 23 años, se toparon con una muerte brutal cuando pretendían cambiar el mundo. Ambos fueron secuestrados, torturados y fusilados por manos demenciales y asesinas manejadas desde el Estado, desde una suerte de Leviatán sin límites éticos y con toda la impunidad para operar criminalmente sobre una militancia sumamente joven que jamás imaginó esa respuesta.

Dicen que la verdad a veces es dolorosa, pero aún así causa menos dolor que las nebulosas de la mentira o el ocultamiento. A la corta o a la larga, la verdad tiene un efecto aliviador y purificador. Por lo tanto, como dijo Servini de Cubría y las mismas Abuelas, se debe ir a fondo, hasta el hueso, y si no se puede llegar hasta la condena, al menos conocer cómo fueron realmente los hechos. Mientras esto pase, Ignacio -o Guido- estará integrando afectivamente y con la capacidad de amor aprendida a las tres familias, las biológicas y la que lo criaron. Y el círculo se podrá cerrar constructivamente, como debe ser. Ignacio se reconoció varias veces como una persona inmensamente feliz, y esto es así porque sus padres, más allá de la tragedia subyacente, le crearon las condiciones, materiales y simbólicas, para serlo.

¿Cristina senadora?

El gobierno nacional está dispuesto a seguir exprimiendo el conflicto con Griesa - fondos buitre. Cristina vio que la pelea le hizo subir algunos puntitos en su imagen y no va a parar hasta ser senadora por la provincia de Buenos Aires. Porque esa parece ser la estrategia del kirchnerismo puro: Axel Kicillof como candidato a presidente y Cristina al senado nacional.

La Presidenta supone que el voto cautivo (alrededor del 25 por ciento) es solo de ella y que no se lo va a regalar a ningún otro candidato que no sea su ministro de Economía acompañado por el actual senador por Santiago del Estero, Gerardo Zamora, un radical K. Por lo tanto, el kirchnerismo reeditaría la fórmula de 2007 con el afán de resucitar la tan alicaída transversalidad: un kirchnerista puro con un radical del mismo palo. De todos modos, y más allá del afán refundacional del Gobierno, aquella transversalidad de los primeros años de gestión, tenía otro sentido, algo mucho más profundo que una mera cooptación, ya que implicó la idea renovadora de gestar un espacio nuevo, pluralista e históricamente superador a la vieja e irreductible antinomia entre peronistas y radicales. Aquella idea de Néstor mutó luego en una centralidad absoluta de un kirchnerismo "puro" y aliados acríticos si no integraban ese espacio selecto vinculado a la Presidenta.

A Daniel Scioli lo empujan cada vez más afuera para que divida el voto independiente con Sergio Massa y Mauricio Macri, y esa misma suerte podría correr Florencio Randazzo, quien ya no estuvo presente en el último anuncio referido al transporte.

Entonces, Cristina encabezando la lista de senadores por la Provincia traccionaría votos a la fórmula presidencial liderada por Kicillof. La idea, en caso de perder, es que el kirchnerismo duro se quede con los cargos legislativos del FpV tal como sucedió en 2011.

Con Daniel Scioli y Florencio Randazzo por afuera, Cristina no reparte con nadie los votos que, según ella, son suyos. El problema será cómo captar el voto independiente y en ese punto estará su propia condena. Porque cuánto más se cierre el kirchnerismo duro, más posibilidades tendrá de perder en segunda vuelta. Lo mismo le pasó a Carlos Menem en 2003, cuando Néstor Kirchner lo hizo bajarse con apenas un 23 por ciento. Por lo tanto, el negocio del kirchnerismo es abrirse, pero su ADN se lo impide.

¿Qué harán Scioli y Randazzo de darse este escenario? ¿habrá un acercamiento con Sergio Massa?.