Hoy, en el Día de la Educación Especial, cuatro profesionales de CORIM hablaron respecto de cómo es el trabajo que desarrollan, muchas veces en forma silenciosa -casi siempre, en realidad-, coordinando con demás docentes y profesionales, también con instituciones y fundamentalmente con las familias, para cumplir los objetivos, que son muchos y no siempre fáciles, pero que van detrás de ellos aferrados a una frase (que en sus instalaciones les dejó Acción Poética de Olavarría) que siempre tienen presente: "Lo difícil se consigue, lo imposible se intenta".

En esta charla, Graciela Mendoza (directora de CORIM), Ignacio Mazzey (profesor de educación física; "la otra profesora del área es Daniela Spaltro y hay que mencionar a Julia Sosa, también profesora, quien se fue recientemente después de muchos años en la institución", aclaró "Nacho"), Paula Cerbero (profesora de artística del nivel primario y apoyo de sede) y Lorena Godoy (docente de atención temprana en desarrollo infantil) fueron quienes contaron detalles del trabajo -que incluye pasión, capacidad y mucho amor- que se hace en esta institución que es orgullo olavarriense.

¿Cómo es el trabajo integral, en distintas edades y en diferentes problemas que presentan los alumnos, que hacen cada día?

GM: Es mucho el trabajo que se hace en estimulación temprana, que quizá no es tan conocido, ya que nos identifican mucho más con lo que es inclusión en el nivel primario. Y es fundamental el trabajo que se hace en ese área donde está Lorena (Godoy). Atención temprana abarca de 0 a 3 años y después está nivel inicial, donde hacemos apoyo a la inclusión donde tenemos a alrededor de 40 años de matrícula, a los que estamos acompañando en jardines de infantes tanto oficiales como privados. Y en el barrio Los Robles tenemos, en el anexo del nivel primario, alumnos de 6 años que egresan de Inicial y no pueden seguir con una propuesta de inclusión en el nivel primario, y el Centro de Formación Integral que es para jóvenes y adolescentes que no están asistiendo al nivel secundario. Todo eso es lo que abarca CORIM.

Y con un equipo completo y numeroso para afrontar todo el programa pedagógico...

GM: Nosotros somos 32 docentes, tenemos profesores especiales en plástica, música y educación física -donde son dos-, que acompañan todas las propuestas desde nivel Inicial, así como en primario y CFI. También tenemos un equipo de profesionales que acompaña todas las actividades, no solamente en sede sino que va a observar y orientar a los jardines, que está integrado por dos asistentes educacionales (una es psicopedagoga y otra es psicóloga). Contamos con dos asistentes sociales, dos fonoaudiólogas, una terapista ocupacional y una médica pediatra, que acompañan todas las trayectorias educativas en todas las edades, y se trabaja mucho con las familias que continuamente son orientadas y se acercan para participar. Aunque en este momento no porque estamos en pandemia y debemos respetar los protocolos, pero sí continuamente se acercan o nos consultan cuando tienen alguna duda, ya sea en lo que es trayectoria educativa como una cuestión de salud o un tema social donde hay que gestionar a la familia para hacer red con todas las otras instituciones que acompalan a la condición de discapacidad, tanto del área de salud -como decía anteriormente- como en lo social.

¿En sede están trabajando con alumnos en este momento?

GM: Sí, en atención temprana desarrollo infantil, que es de 0 a 3 años. Y los niños de inclusión se acercan una vez a la semana, generalmente lo de tercera sección, a los que se les da apoyo a la inclusión, que es como reforzar todo lo que vienen trabajando en el jardín. En este aspecto, tenemos siete maestros de inclusión que son los que van a los jardines y cada uno de ellos tiene entre seis y siete alumnos que acompañan durante la semana, ahora en la burbuja correspondiente ya que a los jardines no van los chicos todas las semanas. Y en atención temprana son 2 docentes que van al Hospital, donde trabajan coordinados con los médicos residentes, así como neonatología y maternidad, y en los centros de salud y en los jardines maternales municipales. Se les hace todo el acompamiento y seguimiento de la planificación que hacen desde el jardín con estrategias, configuraciones y apoyo que necesitan. E inclusive trabaja también con los profesionales particulares que tienen esos niños, y con ellos se ve cuáles son los apoyos necesarios para que tengan una trayectoria educativa exitosa.

¿La familia cumple un rol fundamental con los niños, sin dudas, y eso es imprescindible para el trabajo de ustedes?

GM: Sí, sobre todo en estos tiempos en los que las cuestiones de salud complican las cosas, ya que el seguimiento a veces tiene que hacerse de manera virtual. Inclusive por la situación de los niños también. Y es fundamental todo lo que es el apoyo pedagógico que debe hacer la familia en la semana para hacer las actividades en la casa. Entonces ellos necesitan estar comunicados permanentemente con el maestro de inclusión o con el equipo para que estén las condiciones dadas para que puedan realizar esas actividades en el hogar.

¿Cómo fue el armado de la barrileteada, que por razones climáticas -se iba a realizar este lunes- fue postergada?

IM: Es un proyecto que tiene tres años, porque comenzó en 2018. Si bien yo no nací con la idea, porque pertenece a una de las maestras que trabaja acá en inclusión (Marina Zabaleta), para conmemorar el Día de la Educación Especial se hizo una barrileteada. Fue en el Parque Mitre, con los alumnos de CORIM y las familias. En 2019 ya se amplió el panorama y vinieron algunos grupos de chicos con proyectos de inclusión, más Javier -que es el profesor de folclore-, así que luego de la barrileteada terminamos todos bailando. Fue una jornada genial. Y el año pasado, debido a la pandemia, se hizo una barrileteada virtual y todos confeccionaron su barrilete y cada uno eligió una frase, y todo se compiló en un video. Este año será mixto: presencial, si nos acompaña el clima (sino lo haremos en las instalaciones de CORIM), pero con los alumnos solamente y los docentes que estemos en ese momento en la institución, e iremos recibiendo imágenes de alumnos y docentes que se sumen. Después se editará un video con imágenes virtuales y presenciales, con chicos del anexo (en turnos mañana y tarde) en el barrio Los Robles, que van a poder jugar afuera siempre y cuando el clima nos acompañe. Allí hay chicos de nivel primario que nuclea a quienes están dentro del espectro del autismo, cada grupo con sus docentes, y por la tarde, también en el anexo, funciona el CFI (jóvenes y adolescentes) y otro grupo con discapacidad intelectual de nivel primario, entre 6 y 12 años.

¿Cómo están trabajando con los chicos en todo lo relacionado con el arte?

PC: Dentro de lo que es el arte, al barrilete lo tomo como algo muy importante. Porque el barrilete toma altura, vuela y está lleno de colores y magia al estar en contacto con el cielo. Los alumnos son nuestro barrilete y nosotros, los docentes, somos el hilo que vamos dejando salir de a poco para que ellos puedan tomar vuelo y llegar todo. Es todo dentro de un concepto simbólico, artístico y metafórico si se quiere. Cada familia y cada docente deja en ese pedacito de hilo que va corriendo la posibilidad de que el nene vaya creciendo y tenga una buena inclusión en la sociedad, y favorezca mucho a su desarrollo. El arte es fantástico en todos los sentidos, porque a través de la elección de un trazo, de la elección de un color, ellos pueden contar. A veces es una línea recta, pero esa línea significa mucho: si la hace arriba, si la hace hacia abajo, es su forma de contar. Y los colores es la vida misma, por lo que se puede observar el estado de ánimo de cada niño en cada situación o en cada desarrollo de la actividad, que a veces no se ve, pero es poder interpetar a los demás a través del arte. Es dejar ser, es crecer, es darle las oportunidades de contar a través del dibujo lo que no pueden decir en palabras.

¿Cómo trabajan en la coordinación con jardines, maternales, etc.?

LG: Aclaro algo antes que nada y es que nuestra institución es educativa y es gratuita. Asisten niños desde el nacimiento hasta los 3 años, trabajamos con las familias, las que se pueden acercar espontáneamente. Y recibimos niños derivados por profesionales, como por ejemplo un pediatra. Acá trabajamos las dificultades que tiene este niño que llega a CORIM y lo hacemos desde el lenguaje, lo vincular, también lo motriz y la socialización. Lo hacemos una vez por semana, durante 45 minutos, siempre con el niño y su familia. Y concurrimos a los jardines maternales municipales, brindamos orientaciones, charlamos con las familias cuando se presenta alguna dificultd en algunos de los niños que asiste, vamos a los CAPs y a los servicios de neonatología del Hospital y a maternidad. Son visitas sistemáticas, pero coordinadas con la dirección y con las otra instituciones, y vamos trabajando con los profesionales que están en cada área, tanto en salud como los coordinadores de maternales y docentes; se va evaluando y observando si surge alguna dificultad y allí ya se empieza a trabajar con la familia para que el niño tenga todas las atenciones, tanto del profesional externo o si necesita apoyo desde CORIM y acompañamiento desde la edad más temprana posible.