Con 15 mil alumnos, la Unicén apuesta a la virtualidad con la premisa de que "la calidad educativa no se negocia"
El rector Roberto Tassara dejó en claro que no seguirán los pasos de la UBA, sino que tratarán de salvar el cuatrimestre mediante plataformas online. "Desde lo tecnológico, la Unicén estaba absolutamente preparada" y la idea es que "no se pierda el año", aseguró. Mientras tanto definen acciones operativas y académicas y se pone en valor el rol de la universidad pública en medio de esta pandemia.
"Todos coinciden en utilizar la virtualidad pero hay que examinar cuestiones operativas y académicas, como las clases prácticas y las evaluaciones", admitió el rector de la Universidad Nacional del Centro (Unicén), tras debatir junto a los 10 decanos de la institución cómo se perfila este cuatrimestre en función de la pandemia.
El objetivo es tratar de que "no se pierda el año" pero "sin ceder calidad" educativa, dijo el contador Roberto Tassara, en diálogo con EL POPULAR.
La casa de estudios tiene 15 mil estudiantes, supera los 2 mil docentes y, además de optar por las plataformas online como método de enseñanza, se posiciona con proyectos propios en torno del COVID-19.
-¿La UNICEN analiza reprogramar el ciclo lectivo, como hizo la Universidad de Buenos Aires (UBA) que iniciará sus clases en junio, o se mantiene en la apuesta de enseñar mediante plataformas virtuales?
-Nos basamos en nuestra convicción pero además está la resolución de la Secretaría de Políticas Universitarias que autoriza a reprogramar o usar los métodos que cada Universidad considere más adecuados. La decisión que tomó la UBA parece arriesgada, en esto de suponer que las clases empiecen en junio. No compartimos ese criterio. Aún no hemos dictado ninguna resolución, estamos en consulta y ayer tuvimos una reunión virtual con los 10 decanos para analizar la situación. Todos coinciden en utilizar la virtualidad pero hay que examinar cuestiones operativas y académicas, avanzar con notas y los que dan exámenes o hacen defensa de tesis, ver si la hacen pero no podemos procesar luego todo lo que corresponde para emitir el diploma y que sea reconocido por Ministerio de Educación. Estamos revisando eso pero trabajando con la virtualidad.
El objetivo es tratar de que no se pierda el año.
-¿El dictado de clases ya se inició en todas las unidades académicas?
-Sí, ya empezaron así, a distancia y con distintas modalidades en cada facultad. Las que tienen prácticos como Veterinaria, Agronomía e Ingeniería se postergan esas actividades, quedan pendientes. Pero se avanza (con los demás contenidos). Medicina y Enfermería son un caso aparte pero tienen la posibilidad mientras tanto de ir haciendo tareas que tienen que ver con la pandemia o con los registros epidemiológicos que no necesariamente es ir a ver el paciente; sí deberán hacerlo después. El objetivo es tratar de que no se pierda el año. Es muy difícil porque no sabemos cómo evolucionará esto y depende de las decisiones que tome el Gobierno nacional. Aún no se sabe cuándo volverán las clases presenciales. Esto es casi conceptual y no lo hemos cerrado.
Paso previo y desafíos
-¿Cuál es la matrícula de la Unicén y cuántos docentes trabajan en total?
Hay 15 mil estudiantes en la Unicén y los docentes superan las 2 mil personas con diferentes tipos de dedicación ya sea exclusiva (con 40 horas semanales), semiexclusiva (20 horas semanales) y simple (10 horas semanales). El número parece alto pero hay muchos docentes con dedicación simple.
-¿La Unicén tenía entornos de enseñanza virtual ya desarrollados antes del COVID-19?
Desde lo tecnológico, la Unicén estaba absolutamente preparada, en cada unidad académica y la Secretaría del Rectorado tiene plataforma online y forma parte de la RUEDA (Red Universitaria de Educación a Distancia de Argentina), de la que nuestra secretaria académica ha sido presidenta. Hay muchos docentes preparados. Otros, y puedo citar mi caso porque hace años que no doy clases, no habíamos utilizado las plataformas virtuales y no es de una complejidad enorme. Obviamente se puede mejorar muchísimo y hay quienes lo hacen mejor. Pero en lo esencial, que es dictar la clase o enviar trabajos prácticos, todas las carreras lo están haciendo.
-Implica un gran desafío para las universidades avanzar con saberes online y, al mismo tiempo, garantizar los aprendizajes.
-Sí, de hecho hay facultades como Humanas, que tenían ya su campus virtual, donde dictan licenciaturas de articulación y por ejemplo se inscriben profesores de geografía que quieren ser licenciados. Son pocas materias y se dan clases virtuales. Hay muchas cátedras y muchas asignaturas que lo utilizaban como una eventualidad; esto ahora se va a profundizar pero tiene una buena respuesta. Queda claro que no se puede resignar la calidad y confío en los docentes que, además, en el 90% de los casos son concursados, han ganado los cargos y esto se hará sin ceder calidad por el uso de la plataforma online. La calidad educativa no se negocia en diferentes condiciones, es sine qua non, sean clases presenciales o a distancia. Lo que tiene el tema de la virtualidad es que necesita del impulso del alumno para sentarse en la computadora y trabajar. Cuando hay horarios de cursada presencial, eso ordena. Por lo tanto no podemos asegurar cómo será respuesta. Sí es real que los estudiantes están más adaptados a la virtualidad.
Acceso, prácticas y evaluación
-¿Y está garantizado el acceso de todos los estudiantes a estos nuevos formatos?
-Son muy pocos los estudiantes que no pueden acceder. Se habían detectado en algunas facultades 7 u 8 alumnos que no tenían acceso por no tener Internet. En esos casos debe garantizar (la continuidad pedagógica) cada unidad académica y definir si se manda el material por correo electrónico o físico. Pero son muy pocos estudiantes que no tienen acceso.
-Unas de las dudas en torno de esta modalidad de enseñanza surge en torno de las disciplinas que tienen un fuerte contenido práctico...
-Se tiene previsto que la práctica se hará. Es inevitable. Pasa en Medicina y en Enfermería, o con los cursos más avanzados o en Veterinaria. No se pueden evitar las prácticas. No sabemos cómo va a evolucionar y si se llevarán a cabo en el segundo cuatrimestre, que es la idea, o antes quizá, y se pueden incorporar las prácticas junto con el desarrollo de otras materias. Es lo que se está pensando. Si se extiende es muy difícil de predecir pero es como plantea el Presidente de la Nación, esto es el día a día y así se van tomando las decisiones.
-¿Qué pasará con el sistema de evaluaciones?
-Aún no está cerrado y fue una de las discusiones en la reunión de ayer. Hasta dónde se podía y sobre todo en los finales abandonar la presencialidad. Mayoritariamente se cree que deben ser presenciales. Quizá quede pendiente pero sí es necesario cursar de manera virtual para no trabar las correlatividades. Es lo que más se debatió y lo que se decida será unificado. Estamos confeccionando un borrador para finalmente tomar una decisión.
"Mucho más que un dar clases"
-¿Alguna vez experimentó una crisis similar?
En 2009, con la Gripe A pero de ninguna manera fue de esta magnitud ni de esta gravedad. En ese momento se circulaba. Esto de estar en los domicilios, y de manera virtual... es inédito. Es mi último año de rector, así me voy a despedir (dice, entre risas). Mientras tanto veo las noticias, lo que plantean nuestros científicos con otros de diferentes países. La Argentina es uno de los 10 países participando para la OMS en avanzar en temas de curación o de una vacuna. Las universidades son fundamentales en estos temas porque en el país hay otras universidades desarrollando proyectos muy interesantes con el INTI o la Agencia de Promoción de Ciencia y Técnica para proveer alimentos o fabricar respiradores o plantear la Super Sopa de Quilmes (alimento rico en nutrientes) para generar alimentos para quienes tienen más dificultades de acceso. Las universidades, la ciencia y la técnica no se puede dejar de lado. Por suerte podemos volver a tener el Ministerio y mostrar que las Universidades son mucho más que un dar clases. Se nos mira planteando si tenemos muchos alumnos o personal y las comparaciones de ranking son odiosas y no corresponden. Ahora se está viendo la importancia de las universidades públicas.