Virginia Alejandra Eliseche tiene 42 años de edad. Trabaja en el Servicio Penitenciario Bonaerense y actualmente, como agente que es, desempeña tareas en la Unidad 52, la cárcel de mujeres con sede en Azul.

En esa causa penal que se está sustanciando por este caso de violencia de género ella figura como víctima.

Madre de tres hijos y recientemente abuela, e diálogo con Diario El Tiempo de aquella ciudad, se refirió a esa situación que hace dos días derivó en que su presunto agresor y ex pareja, Roberto "Pino" Narvaja, haya sido liberado.

Según señaló, este domingo que pasó en que el trabajador municipal recuperó la libertad efectivos policiales concurrieron a su domicilio para notificarla de la decisión judicial que había sido dispuesta.

Una liberación que, confesó Eliseche, le genera temor por lo que pueda sucederle, más allá de que desde ayer -por orden de la fiscal Karina Gennuso, la titular de la UFI 6 que a través de la Secretaría Especializada en Violencia Familiar y de Género instruye la causa penal relacionada con este caso- a la mujer le fue asignada una custodia policial permanente en su domicilio. Una medida que, en un principio, se extenderá por el plazo de diez días.

"Yo era su novia", comenzó diciendo con relación a ese vínculo que mantenía con Roberto Ramón "Pino" Narvaja, el trabajador municipal imputado. "Pero hace poco la relación se terminó. Íbamos y veníamos. Yo lo denunciaba y él después volvía, no te voy a mentir", admitió sobre el contexto en el que se registró esta situación de violencia de género que ahora la tiene como víctima.

En primera persona

-¿Cuáles son los hechos por los que denunció a su ex pareja?

-Son seis causas las que tiene. Lo vengo denunciando desde el año 2.017. La primera de esas denuncias fue por amenazas de muerte. Yo estaba trabajando en la Unidad 52 y en ese tiempo estábamos separados. Un día nos estábamos escribiendo por teléfono y me amenazó. Me dijo que no le importaba ir hasta la cárcel. Y fue y entró. Esa fue la primera vez que me amenazó. Vulneró toda la vigilancia del penal. Obviamente, yo ese día no salí. Mis compañeras estaban al tanto de todo y lo sacaron. Es una persona que no tiene miedo y no le importa nada. Esa fue la primera vez. Pero después hubo más amenazas por teléfono y también en mi casa, en presencia de mis hijos, que tengo tres.

"Si no me defiendo, me va a matar"

-¿Hubo otros hechos, más allá de esas amenazas?

-El más grave de todos fue el último, que me pegó. Y antes me había amenazado en la puerta de mi casa, cuando tenía una prohibición de acercamiento. A media cuadra de donde vivo, en el auto y alcoholizado, empezó a decirme de todo. Yo llamé a la Policía y se lo llevaron. Esa vez no alcanzó a pegarme. Por ese hecho estuvo detenido. Creo que menos de 24 horas y después lo largaron.

-¿Aquella primera vez en que lo detuvieron ustedes estaban de novios o distanciados?

-En ese entonces ya no estábamos en pareja. Andábamos y después pasaban todas estas cosas y yo lo dejaba. Pero siempre volvía a buscarme. Trataba, de alguna manera, de convencerme. Y yo, en realidad, tenía miedo. Pero ahora, si no me defiendo, me va a matar.

-¿Y cuándo la agredió?

-Ese domingo en que se hicieron las PASO. Nosotros militamos en el mismo partido político. Habíamos ido a fiscalizar y después nos vimos en la sede del partido, que está en la calle Colón. En ese momento se empezó a poner violento y celoso y me sacó para afuera. Pero nadie se dio cuenta. Llegamos acá a mi casa y casi me mata.

-¿Por qué se fueron juntos?

-Me llevó por la fuerza a mi casa.

-¿Nadie pudo auxiliarla mientras estaban en la sede del partido?

-En ese momento yo salí afuera y no quise decir nada. La gente a veces no se mete...

-¿En qué consistió la agresión que sufrió aquel domingo?

-Me aflojó toda la dentadura de una piña. Me pegaba con la mano cerrada. Me pegaba trompadas. En la boca y en la nariz, que todavía la tengo mal. Todas estas lesiones están comprobadas judicialmente. Aquel día, enseguida vino la Policía y se lo llevaron detenido.

-¿Cómo hizo para llamar a la Policía mientras era agredida?

-Fue mi hijo, de trece años, el que llamó.

-¿O sea que la agresión que sufrió aquel día se produjo en presencia de uno de sus hijos?

-Sí. Cuando la Policía llegó lo sacó a él (por Narvaja) de adentro de mi pieza. Y él decía que yo me había pegado sola.

-¿Estuvo internada a causa de esa golpiza que sufrió?

-No. Pero ahora tengo que hacer la reparación de esas piezas dentarias que me aflojó y ya no tienen arreglo. Me pegaba trompadas. Esto habrá durado entre diez y quince minutos.

-¿Todos los golpes que recibió fueron en el rostro?

-Sí.

-¿Qué pasó después de que lo detuvieron aquel día?

-Habrá estado, también, menos de 24 horas detenido y lo liberaron. Días después lo volvieron a detener.

-¿En ese entonces por qué lo volvieron a detener?

-Porque yo fui a la Fiscalía y me empecé a mover por todos lados para pedir ayuda.

-¿Él la seguía amenazando?

-No. Después de ese día que me pegó no lo ví más. Pero vino uno de sus hijos mayores a la puerta de mi casa a gritarme, por lo que también lo denuncié y le dictaron una prohibición de acercamiento.

"No puedo salir a la calle ni tener una vida normal"

-¿Cuándo habló con la Fiscal qué pasó?

-Hablé con ella, la Dra. Karina Gennuso. Me escuchó y después lo detuvieron. Hasta que ayer (por el domingo que pasó) vino a mi casa la Policía a notificarme de que había recuperado la libertad.

-¿Cómo tomó usted esa noticia?

-Me cayó muy mal.

-¿Tiene miedo?

-Y, sí. Por mí y por mis hijos. Además, fui abuela hace quince días y también tengo en mi casa a mi nieto. Él es una persona que cuando toma alcohol no mide las consecuencias. Ahora me pusieron una custodia policial adentro de mi casa por diez días, por pedido de la Fiscal.

-¿La excarcelación que le otorgaron a su ex pareja implica que no pueda mantener contacto alguno con usted?

-Sí. Además, tengo una restricción de acercamiento que me la había dado el juez de Familia (N. de R.: el magistrado Federico Berlingieri), que decía que él no podía acercarse a mí en un radio de 300 metros. Pero ahora la jueza de Garantías que lo liberó restringió esa distancia a cien metros. La verdad, no lo entiendo. Por eso es que hago público todo esto. Espero no tener más inconvenientes. Aparte, no puedo salir a la calle ni tener una vida normal.

Fuente: Diario El Tiempo, Azul.