El tarifazo en los servicios de luz y gas impacta en la estructura económica de los hogares pero también -y especialmente- de las empresas, grandes y pequeñas. La cooperativa El Nuevo Amanecer, que fue recuperada por sus trabajadores tras un proceso que culminó en 2013, recibió facturas por el consumo de los servicios en la planta de Tandil y de Mar del Plata con una suma que asciende al millón de pesos.

"Es un golpe muy fuerte y uno lo tiene que trasladar al producto", alertó el vicepresidente del consejo administrativo, José Miranda.

A ese golpe se agregó el aumento en los precios de los insumos que se actualizan al ritmo del dólar y una baja en el consumo de los productos lácteos que elaboran.

"Ahora es tratar de sobrevivir a esta tormenta y ver qué pasa", reconoció Miranda que se mostró optimista frente a lo que vendrá al expresar que "tenemos esperanza de que esto mejore" a pesar de que "la calle dice que el escenario va a ser duro".

Los tiempos que corren

El vicepresidente del consejo administrativo de la cooperativa Nuevo Amanecer, José Miranda, transmitió a este Diario su preocupación y el impacto que tuvo este desembolso en la estructura económica, en tiempos en que se redujo el consumo de lácteos pese a ser un producto de primera necesidad.

A este escenario también se suma una tendencia que marca una caída en las ventas, aunque en estas últimas dos semanas la comercialización de productos repuntó por el medio aguinaldo.

Por eso reconoció que afrontan la realidad a diario, intentando adoptar medidas que permitan sobrellevar los cambios. "Estamos trabajando, buscándole la vuelta", admitió.

"Es la primera vez que les toca atravesar un complejo escenario", a pesar de la experiencia por la recuperación de la fábrica que en la actualidad tiene 120 socios. "Es una responsabilidad muy grande trabajar y sostener la cooperativa", reconoció.

La situación actual

A raíz de este escenario los trabajadores a cargo del manejo de la planta decidieron recortar el consumo de los servicios dado que el nivel de ventas mostró una disminución y el stock les permitía sostener la demanda por algunas semanas.

Miranda precisó que las boletas que llegaron duplican ampliamente el monto que abonaron en el mismo período del año pasado, y eso "nos impactó de lleno en el producto".

Lamentó que esta circunstancia los obliga a trasladar ese incremento a los productos de elaboración propia, que se mantienen con un precio competitivo frente a las primeras marcas.

"Es un golpe duro", reconoció y agregó a ese esquema los insumos a precio dólar y euro y para graficar expuso que eso los llevó a dejar de producir los caramelos Bandolero en el tamaño pequeño por el valor que alcanzó la bobina de papel utilizada para los envoltorios.

"Todas las semanas hay que corregir los precios", admitió, aunque la prioridad está puesta en el pago de luz, gas, a los tambos que proveen de la materia prima, de los insumos y el salario de los asociados.

"Aumenta la luz, aumenta el gas y es una cadena, además se hicieron inversiones en la planta en la compra de nuevas máquinas y arreglos que nunca se habían hecho. Hace un año que mantenemos los mismos sueldos y ahora vamos a actualizarlos porque las cosas han subido mucho de valor", repasó Miranda.

Precios competitivos

El vicepresidente de la cooperativa aseguró que bajó el consumo de lácteos, y que esta tendencia se percibe de manera más marcada en Mar del Plata donde la situación social es más compleja que en Tandil. "Hay mucha desocupación y eso repercute porque es un mercado fuerte para nuestros productos", planteó.

Sin embargo, pese a mantener precios competitivos frente a los de las primeras marcas reconoció que la brecha se achica cada vez más. "Para poder sostenernos vamos camino al precio de las marcas líderes", señaló. (El Eco)