El hecho ocurrió en las calles Zapiola y Mauriño de la mencionada localidad, cuando cerca de las 12 de la noche un automóvil que estaba estacionado sobre la vereda se prendió fuego en circunstancias que aún se investigan.

La alarma entre los vecinos no se hizo esperar. Las llamas que consumían el vehículo podían verse a varias cuadras de distancia, iluminando la oscuridad con un resplandor anaranjado y provocando una densa nube de humo.

Rápidamente, una dotación de los Bomberos Voluntarios de Bernal llegó al lugar y trabajaron arduamente para controlar el fuego, evitando que las llamas se propagaran a los edificios cercanos y poniendo en riesgo a más personas. Gracias a su rápida intervención, el incendio fue sofocado, dejando el esqueleto calcinado del vehículo.