Las ráfagas rápidas de radio, o FRB, son fenómenos cósmicos que han desconcertado a los astrónomos desde su descubrimiento en 2007. Estas ráfagas son destellos intensos de ondas de radio que duran apenas milisegundos y pueden generar tanta energía en una milésima de segundo como la que el Sol produce en un año. Sin embargo, su origen sigue siendo un enigma.

Un estudio publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society detalla un descubrimiento reciente relacionado con una FRB repetitiva llamada FRB 20220912A, que arroja luz sobre el fenómeno pero también plantea nuevos interrogantes.

Los científicos detectaron esta ráfaga utilizando el Allen Telescope Array del Instituto SETI, que consta de 42 antenas en el Hat Creek Radio Observatory en California. Sorprendentemente, observaron 35 ráfagas de radio rápidas provenientes de la misma fuente en un período de dos meses.

Si bien muchas FRB emiten ondas de radio tan breves que son difíciles de estudiar, algunas de ellas son repetitivas y emiten ráfagas adicionales que permiten a los astrónomos rastrear su origen hasta galaxias distantes.

Lo que hace que FRB 20220912A sea especial es un patrón inusual en su señal. A diferencia de otras ráfagas, esta presentó una notable caída en la frecuencia central, lo que se comparó con un silbato celeste. Al convertir las señales en sonidos utilizando las notas de un xilófono, los investigadores notaron que las notas agudas correspondían al inicio de las ráfagas, mientras que las notas graves actuaban como tonos finales.

Los astrónomos también intentaron identificar un patrón en los intervalos de tiempo entre cada ráfaga, como ocurre en otras FRB repetitivas conocidas, pero no encontraron uno, sugiriendo que estos fenómenos cósmicos pueden ser impredecibles en su comportamiento.

La Dra. Sofia Sheikh, autora principal del estudio, comentó que este trabajo es emocionante porque confirma las propiedades conocidas de las FRB y al mismo tiempo descubre nuevas. Aunque se están realizando avances en la identificación de posibles fuentes de las FRB, como los magnetares o colisiones de estrellas de neutrones, aún no se ha llegado a una explicación definitiva.

Este estudio marca el primero en observar FRB utilizando el Allen Telescope Array, que ha sido objeto de renovaciones en los últimos años. Las actualizaciones en curso permitirán a los astrónomos investigar más a fondo las FRB a diferentes frecuencias y buscar señales más débiles, ofreciendo nuevas perspectivas sobre estos misterios cósmicos en evolución.