El reconocimiento culinario más prestigioso del mundo, la estrella Michelin, encuentra un hogar inesperado en El Califa de León, una taquería familiar en el centro de Ciudad de México. Fundada hace más de 50 años por los padres de Mario Hernández, este pequeño establecimiento ha alcanzado una distinción histórica al ser la primera taquería en recibir tan prestigioso galardón.

Situada en la avenida de San Cosme en el barrio San Rafael, El Califa de León ha mantenido su encanto modesto a lo largo de las décadas, atrayendo a vecinos y trabajadores locales con su especialidad, la Gaonera, un taco de carne de res que lleva el nombre del torero mexicano Rodolfo Gaona.

Aunque su menú es simple, con solo cuatro opciones de tacos y servidos en platos de plástico, la calidad de la comida y el compromiso con la excelencia han sido reconocidos por los críticos de Michelin. Destacan especialmente la Gaonera por su carne excepcionalmente tierna y las tortillas hechas a mano, lo que demuestra el cuidado y la dedicación que se ponen en cada plato.

Para Mario Hernández, propietario de El Califa de León, el secreto del éxito reside en la atención a los detalles y la calidad constante a lo largo de los años. Siguiendo los consejos de su padre sobre la importancia de la calidad de los productos, la atención al cliente y los precios justos, Hernández ha llevado adelante el legado familiar con pasión y determinación.

La noticia de la estrella Michelin ha generado un gran orgullo entre los clientes habituales, quienes defienden el precio ligeramente elevado de los tacos debido a la calidad indiscutible de la comida. Para muchos, este reconocimiento es un momento histórico para la gastronomía mexicana, y están orgullosos de presenciarlo en persona en El Califa de León.