Hezbollah bombardeó el norte de Israel con más de 140 cohetes el viernes, un día después de que su líder, Hassan Nasrallah, prometiera represalias por un ataque atribuido a Israel que causó la explosión de miles de beepers y handies, dejando 37 muertos y 3,000 heridos en dos días.

El ejército israelí informó que los cohetes fueron lanzados en tres oleadas, apuntando a la devastada frontera con Líbano. Hezbollah afirmó haber atacado varias posiciones, incluyendo bases de defensa aérea y una brigada blindada israelí, como represalia por los ataques israelíes en el sur del Líbano.

Nasrallah describió los ataques previos como un "duro golpe" y advirtió que Hezbollah mantendrá los ataques mientras continúe la guerra en Gaza, prometiendo que "el enemigo enfrentará un castigo severo".