Cerca de 80.000 argentinos conviven la enfermedad de Parkinson, un mal que se encuentra en aumento en todo el mundo. ¿Por qué? Los especialistas explican que, en parte, debido a la mayor sobrevida de la población, aunque no sólo por eso, ya que el aumento excede lo esperable por mayor cantidad de años vividos. Esto quiere decir que existen causas aún desconocidas.

Los pacientes que la padecen logran una mejor calidad de vida si comienzan tratamientos kinésicos apenas se tiene el diagnóstico. Especialistas del Colegio de Kinesiólogos de la provincia de Buenos Aires (Cokiba) aseguraron que, "en general, las personas que padecen Parkinson llegan a los tratamientos kinésicos de manera tardía, cuando los recursos físicos y cognitivos del paciente están más limitados y, por ende, las posibilidades de éxito en los resultados también".

El Parkinson es un proceso neurológico degenerativo y discapacitante, que hasta el momento, no tiene una solución definitiva. No obstante, junto con el avance farmacológico que permite alcanzar respuestas óptimas en los primeros años de su manifestación, una derivación temprana a tratamientos de kinesiología a cargo de profesionales aporta resultados "significativos" en actividades importantes para la vida diaria del paciente, como la longitud del paso y la velocidad en la marcha.

Así lo explicó Diego Pitiot, kinesiólogo del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba) e integrante del Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires (Cokiba).

"La medicación específica para estos casos hace desaparecer los síntomas en la etapa inicial de la enfermedad", y esta situación convence equivocadamente a los pacientes y a su entorno familiar de desestimar la rehabilitación kinésica de manera temprana. De esa manera se pierde un tiempo clave para optimizar algunas funciones motrices". "El Parkinson es progresivo y luego de una primera etapa de estabilidad por la medicación, suelen aparecer síntomas secundarios motores y psiquiátricos".

Es por eso que, desde Cokiba, explican que "es importante iniciar un tratamiento kinésico precoz y continuo apenas se conoce el diagnóstico para fortalecer actividades como caminar, mantener el equilibrio, girar en la cama, levantarse, sentarse, subir y bajar escaleras, ingresar o descender de un vehículo, tomar objetos o escribir, entre otras" aseguró Pitiot.

De acuerdo con la experiencia profesional, los pacientes con Parkinson llegan a la rehabilitación de kinesiología mucho después de diagnosticada la enfermedad y cuando los recursos físicos y cognitivos se encuentran ya demasiado afectados.

Y si bien el abordaje de la kinesiología no interviene para modificar los signos neurológicos, trabaja en la recuperación de las capacidades y habilidades perdidas o perturbadas.

"Los objetivos del tratamiento a cargo de profesionales de la kinesiología no deben focalizarse en la mera disminución de síntomas como el temblor, la rigidez y los movimientos lentos, sino que se trabaja en el acondicionamiento físico general, para que el paciente mantenga una vida diaria activa, con actividades ajustadas a sus posibilidades.

El abordaje del kinesiólogo, explicaron desde Cokiba, debe adecuarse a cada persona, de acuerdo con el impacto funcional que le generó la enfermedad, es decir, las capacidades y habilidades que se vieron afectadas.