Las inundaciones que afectan desde diciembre pasado al norte argentino, además de provocar un gran impacto social con muertos y evacuados, van a dejar grandes problemas en el agro, con pérdidas de cosechas y terrenos cultivables.

Coninagro estimó en USD 2.000 millones las pérdidas del sector sojero por los excesos hídricos, mientras que hay 200.000 hectáreas para ese cultivo que se encuentran literalmente bajo el agua. Sólo en el norte de Santa Fe, se calcula que los productores perderán más de 200 millones de dólares por esta causa.

El cálculo de Coninagro fue realizado por el Área Económica de la entidad y se obtuvo a partir de la proyección por parte de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) de que el 13,8% de la soja sembrada a nivel nacional contaba con excesos hídricos, lo que equivale a 2,4 millones de hectáreas.

Esta superficie es "equivalente a 6,5 millones de toneladas que restaría a la facturación del sector en USD 2.200 millones", teniendo en cuenta el precio FOB de la oleaginosa en USD 340 la tonelada.

Según la entidad, las pérdidas en la soja corresponden a zonas con excesos hídricos de La Pampa, el centro de Buenos Aires, Entre Ríos, centro-norte de Santa Fe y sectores del NEA.

Sin siembra

Por su parte, la BCBA informó que las inundaciones impidieron continuar con la siembra de soja y produjeron un recorte en la superficie destinada al cultivo de 200.000 hectáreas. De esta manera, el área destinada a la soja descendió hasta los 17,7 millones de hectáreas.

"A la fecha se estima que 200.000 hectáreas inicialmente destinadas al cultivo de soja, no podrán ser implantadas y sobre la superficie sembrada -que ya se encuentra sembrada casi en su totalidad se calcularán las pérdidas durante las próximas semanas", indicó la entidad bursátil porteña.

Sin embargo, la BCBA advirtió que "aún no se descartan mayores recortes en función de la evolución del clima durante lo que resta de la ventana de siembra".

En cuanto al girasol, los excesos hídricos que se mantienen sobre el NEA y el Centro-Norte de Santa Fe demoraron el avance de las cosechadoras sobre los lotes de girasol que se encuentran en madurez fisiológica. Aunque el rendimiento medio se mantuvo en 19,5 qq/ha tras cosecharse casi 400.000 hectáreas, sobre las regiones más afectadas por los anegamientos se relevó una disminución en el potencial productivo y un aumento en las pérdidas de área cosechable que "podrían impactar sobre las expectativas de producción".

Desaliento

De todos modos, los datos de la BCR son desalentadores: por área no cosechable, la imposibilidad de futuras siembras de ciertos cultivos y la caída de rindes por las inundaciones, los productores de cuatro departamentos de Santa Fe afrontarán pérdidas por más de 200 millones de dólares.

Se trata de productores agropecuarios de los departamentos 9 de Julio, Vera, General Obligado y San Javier, los más afectados por las inundaciones que sufre el norte provincial.

La evaluación realizada por los expertos no contempla "las erogaciones adicionales que deberán ejecutarse para efectivizar la resiembra de algunos cultivos" ni "las seguras pérdidas por calidad que se presentarán al entregar la mercadería", señaló el informe.

La Bolsa rosarina tomó para el análisis de la situación los cultivos de maíz, soja -tanto de primera como de segunda-, girasol, algodón y sorgo para la campaña 2018/19. Para el caso del maíz, el informe estima que las pérdidas de ingresos podrían llegar a USD 104,4 millones.

"Nuestras estimaciones -conforme opiniones calificadas de ingenieros de la zona es que el 70 por ciento de esa área no será sembrada con maíz, lo cual implicaría una pérdida de ingresos brutos para el sector productor de aproximadamente 87,7 millones de USD", precisa. Además, se perdería el 20 por ciento de las 68.000 hectáreas sembradas en la zona hasta el 10 de enero, lo que "a un rinde promedio de 58 quintales por hectárea generaría una pérdida de ingresos para el sector productor de 11,3 millones de USD".

La soja de primera, en tanto, produciría por las condiciones climáticas adversas un quebranto equivalente a USD 52,3 millones por la pérdida de "cerca de 219.000 toneladas" sembradas entre el 6 de diciembre y el 10 de enero pasados.

En el caso de la soja de segunda, el informe de la BCR realiza una "estimación de pérdidas en el norte santafesino de USD 47,7 millones", como consecuencia de una cosecha de 200.000 toneladas menos que las previstas antes del fenómeno hídrico.

El girasol privaría a los productores de la zona de ingresos brutos estimados en USD 17,4 millones.

La Bolsa de Rosario evaluó finalmente que las pérdidas de ingresos para el cultivo de algodón rondarán de acuerdo a los datos preliminares los USD 5,9 millones, a lo que hay que sumar otros 3 millones del sorgo por la merma de 28.000 toneladas como consecuencia de la caída del rinde.

Visión oficial

El presidente Mauricio Macri firmó "un decreto de emergencia hídrica que insta y promueve que las áreas involucradas, como la AFIP, los ministerios del Interior, de Salud y Desarrollo Social y de Producción y Trabajo", arbitren "los mecanismos para aliviar la difícil situación que se está viviendo" en las provincias del norte del país, anunció el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

En una rueda de prensa al término de la reunión del gabinete nacional, que encabezó el presidente el martes 22, Frigerio dijo que las medidas están dirigidas a "tantos argentinos que están sufriendo esta situación como, particularmente, a los productores que están siendo afectados por la cuestión climática de los últimos días", que provocó inundaciones en Chaco, Santa Fe, Santiago del Estero y Corrientes. "Para saber con claridad cuál es el impacto económico de las inundaciones muchas veces hay que esperar que el agua se vaya, porque lo peor se ve cuando el agua se va", aclaró el ministro.

El subsecretario de Asuntos Hídricos, Pablo Bereciartua, dijo por su parte que el gobierno nacional continuará realizando las obras hídricas en marcha y se sumarán nuevas, al tiempo que dijo que la situación actual de inundaciones en Chaco, Corrientes y Santa Fe es "muy complicada".

"El Presidente viene siguiendo mucho este tema y está el compromiso de mantener las obras en marcha y seguir licitando nuevas a medida que haya consenso entre las provincias", explicó Bereciartua.

Para el Gobierno, explicó el subsecretario, "antes de comenzar una obra en una región es necesario el consenso entre las provincias para evitar problemas futuros y que el impacto de la inversión en la región no genere conflictos en otra zona".

Respecto de la situación de las inundaciones en el Nordeste, Bereciartua dijo que "la situación es muy grave y se ha sumado en los últimos días a los problemas de la cuenca del Paraná y los bajos submeridionales, se le sumó el Uruguay, que ha estado recibiendo varias tormentas".

"El área que vemos que está complicada es muy extensa, el agua que cayó este último mes en algunas zonas es demasiada para los registros, en regiones de Chaco estamos teniendo las mayores precipitaciones desde 1937", dijo.

El subsecretario de Coordinación Política de la Secretaría de Agroindustria, Hugo Rossi, dijo por su parte que "los anegamientos se dieron en una zona bastante concentrada y contamos con datos muy preliminares. Sin embargo, aún no se puede entrar a los campos a relevar las pérdidas".

Rossi explicó que las razones que produjeron las inundaciones fueron las precipitaciones récord; la falta de infraestructura y la canalización ilegal. "Hay un dato duro, y es que las precipitaciones que se produjeron fueron las más altas en más de 50 ó 60 años en esa zona. O sea, llovió por encima de la media y en poco tiempo", indicó.

Además, argumentó que "en toda esa zona hay obras oficiales que nunca se hicieron y hay bastantes obras clandestinas".

Emergencia

Desde Coninagro remarcaron que "sería temprano para hacer estimaciones con impacto económico teniendo en cuenta que los pronósticos no son alentadores en cuanto al tiempo en las zonas afectadas y que hay lotes que pueden recuperarse". Por tal motivo, el presidente de la entidad agropecuaria, Carlos Iannizzotto, sostuvo que la "falta de infraestructura genera al campo un daño con altos costos" y reclamó la implementación de un seguro antirriesgo para los productores.

Por su parte, el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, sostuvo que la "situación está muy complicada" y que "lo que falta sembrar de soja está descartado y las que están sembradas de segunda están muy comprometidas".

"Esto hace que nos pongamos más firmes en la necesidad de tener un seguro agrícola contra las inundaciones. Si estuviera el seguro, uno recuperaría parte de las pérdidas.", sentenció.