Durante años, muchas personas han luchado contra los autocorrectores de texto, enfrentándose a correcciones que alteran significativamente sus nombres. Savan-Chandmi Gandecha, un creador de contenidos británico de ascendencia india, es uno de los afectados por esta problemática. Según The Guardian, Savan ha tenido que lidiar con que su nombre se autocorrija a "Satán" o "Savant", una situación que se repite en varios idiomas.

Savan no está solo en esta lucha. Dhruti Shah, una periodista también afectada, ha visto su nombre transformado en "Dirty" o "Dorito" por los autocorrectores. "Es como decir que no es solo tu nombre el que está mal, sino que tú eres el que lo está," comenta Shah, resaltando la frustración de tener su identidad constantemente modificada.

Campaña "I am not a typo"

Esta irritación llevó al lanzamiento de la campaña "I am not a typo" (no soy un error tipográfico), que busca llamar la atención de las empresas tecnológicas sobre esta problemática. Según los responsables de la campaña, cuatro de cada diez nombres de niños nacidos en Inglaterra y Gales en 2021 fueron considerados "erróneos" o no aceptados al ser comprobados con el diccionario de inglés de Microsoft. Por ejemplo, mientras que nombres como "Esmae" son corregidos a "Admar", nombres como "Nigel" no se ven afectados.

Dependencia de tecnología errónea

Rashmi Dyal-Chand, profesora de la Universidad Northeastern en Estados Unidos, también sufre este problema, viendo su nombre cambiado a "Sashimi". En su estudio, concluye que los autocorrectores utilizan diccionarios que favorecen a algunos usuarios a expensas de otros, dificultando la comunicación de aquellos con nombres no occidentales.

"Es un problema de occidente y de los blancos," afirma Gandecha, señalando que las empresas tecnológicas occidentales aceptan principalmente nombres convencionales de personas caucásicas, ignorando la diversidad global.

Llamado a las tecnológicas

La campaña "I am not a typo" exige a las empresas tecnológicas que mejoren sus sistemas de autocorrección para que sean más inclusivos y respeten la diversidad de nombres. La lucha de personas como Savan y Dhruti subraya la importancia de reconocer y respetar todas las identidades, sin que la tecnología imponga barreras adicionales.