Por eso recomendaron "lavá y desinfectá todas las superficies y utensilios con agua potable; protegé los alimentos y las áreas de cocina, elaboración y depósitos de insectos, plagas y otros animales; y lavate las manos con agua y jabón antes y durante la preparación de los alimentos, y cada vez que sea necesario".

Otra cuestión, "utilizá agua y materia prima segura; lavá bien las frutas y hortalizas antes de consumirlas; seleccioná alimentos seguros, con rotulación. No consumas leche si no está pasteurizada o chacinados adquiridos en lugares no habilitados".

También sugieren "cocinar completamente los alimentos. Una cocción correcta elimina los microorganismos peligrosos. Si se alcanza en todo el alimento una temperatura de 72º, se garantiza su inocuidad. Evitá que los alimentos queden crudos en su interior, sobre todo los trozos grandes de carnes, pollos enteros, carnes molidas, pescados y huevos. Sin color rosado en su interior o sus jugos".

Con el objetivo de "evitar la contaminación cruzada, advierten que los alimentos crudos pueden contener microorganismos peligroso, factibles de transferirse a los alimentos cocidos y a los ya listos para consumir durante su preparación y almacenamiento". Por esa razón, "separá los alimentos crudos de los cocidos y de los listos para consumir; y conservá los alimentos crudos en recipientes cerrados y separados del resto".

Por último, "mantener los alimentos en temperaturas seguras. Algunos microorganismos pueden multiplicarse muy rápidamente en los alimentos si se conservan a temperatura ambiente. Mantener refrigerados los alimentos perecederos (carne, lácteos y pescado); no descongelar los alimentos a temperatura ambiente; no cortar la cadena de frío durante el traslado de los alimentos; y no comprar alimentos que no hayan sido adecuadamente conservados o refrigerados".