La Unión Tranviarios Automotor (UTA) se declaró en estado de alerta debido a la quita de subsidios a los colectivos que circulan en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense a partir de septiembre. La decisión, en medio del conflicto entre el Gobierno y las gestiones de Axel Kicillof y Jorge Macri, ha llevado a las cámaras de transporte del AMBA a informar que no podrán garantizar la “continuidad de las fuentes laborales” del sector, lo que resultará en la reducción de servicios en horarios nocturnos y fines de semana.

El sindicato que representa a los choferes de colectivos, encabezado por Roberto Fernández, exigió certezas sobre la continuidad de la actividad y llamó a un consenso entre las autoridades y las empresas de transporte. En un comunicado, el gremio criticó el “abandono por parte de las autoridades” y se declaró “en estado de alerta ante las posibles caídas de servicios”.

El Gobierno, por su parte, ratificó la quita de subsidios y argumentó que la gestión de Javier Milei busca terminar con los favoritismos en la distribución de recursos. El ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, advirtió que el recorte implicará una suba del 60% en los boletos para los usuarios bonaerenses. Desde Nación, se cuestionó la gestión de Kicillof por intentar obtener privilegios para su jurisdicción.

Las cámaras empresarias del AMBA señalaron que la falta de acuerdo sobre el pago de los subsidios podría afectar la estabilidad laboral de los 50,000 trabajadores del sector y movilizar casi 10 millones de pasajeros diarios. En respuesta, la UTA acusó al sistema de subsidios de ser “perverso” y “poco transparente”, y destacó la incertidumbre sobre el pago de salarios debido a la falta de compensaciones.

A partir de septiembre, los usuarios perderán el beneficio del boleto integrado en diversas líneas de colectivos en CABA y la provincia de Buenos Aires, con un impacto significativo en el costo de los pasajes.