Por lo tanto, lógico era que una nueva regulación intentara acabar con el "vertedero de basura más alto del mundo" recurriendo a ellos. ¿El vertedero más alto del mundo, en el Everest? Desde hace años, así es.

Bautizado así por los ecologistas en un guiño irónico no exento de crítica, además de sufrir el cambio climático, el punto geográfico más alto del planeta está lleno de porquería, sobre todo desde que se convirtiera en destino turístico y su ascenso perdiera la dificultad que tuvo antaño.

Un lugar sagrado

Ahora, los tiempos heroicos están marcados por otro tipo de héroes, voluntarios forzados, es cierto, pero, al fin y al cabo, también salvadores del ecosistema, un enclave considerado sagrado por el pueblo Sherpa.

La medida obliga a bajar 8 kilos por persona, en un intento a la desesperada de detener la gran cantidad de residuos que se abandonan en la montaña, con una media de 6 kilos por alpinista. Haciendo cuentas, con unas 800 personas escalándolo cada año, se recogerán alrededor de 6.400 kilos de basura en la presente temporada, de marzo a mayo. Además, se espera que tenga un efecto aleccionador a la hora de no ensuciar.

Atrás han quedado loables iniciativas como la de Apa Sherpa, el escalador nepalí que coronó 21 veces el Everest, un récord mundial todavía no igualado. Entre sus logros se cuentan otros medioambientales de los que se siente particularmente orgulloso, como la dedicación de sus últimas cuatro ascensiones a preservar el Everest subiendo con equipos especiales que llegaron a eliminar toneladas de basura dejadas por otros.

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