El papa Francisco recibió el lunes a una delegación de la CGT en el Vaticano. La reunión, que duró aproximadamente media hora, fue bastante informal. Durante el encuentro, los sindicalistas ofrecieron un análisis crítico de las políticas del gobierno de Javier Milei, subrayando la necesidad de defender "la dignificación del trabajo" y fomentar "el diálogo social para resolver de manera tripartita los principales problemas del país". La delegación, liderada por Héctor Daer (Sanidad) y Pablo Moyano (Camioneros), insistió en que la administración de Milei debería centrarse en "el desarrollo, la producción y el trabajo".

El único sindicalista que presentó una crítica más contundente hacia Milei fue Pablo Moyano. En contraste, los demás miembros de la comitiva optaron por mantener un tono más general, evitando ataques directos. La respuesta del Papa a las críticas fue cautelosa, limitándose a un simple "Gracias". Francisco evitó hacer comentarios que pudieran ser interpretados políticamente.

Durante la reunión, el Papa destacó la importancia de la dignificación del trabajo como un valor fundamental alineado con los principios de la doctrina social de la Iglesia. También hizo hincapié en la igualdad de género, mencionando los cambios que ha implementado en el Vaticano para aumentar la participación de las mujeres en diferentes ámbitos, incluyendo la comisión que elige a los obispos y en la administración económica y financiera del Vaticano. Francisco resaltó que la participación femenina es crucial para la transparencia y la lealtad en el cumplimiento de las tareas.