Eseverri, por el voto perdido; Schwindt, vecinalista; y Galli quiere sumar con Vidal
El Intendente suma a dirigentes peronistas y K, y va por votantes de su gestión. Galli quiere evitar el drenaje y procura agregar algo del pejotismo anti-E. A la candidata de UNA parece convenirle municipalizar la elección y sumar de todos lados. Scioli desafía al kirchnerismo.
El macrismo ya cuenta como propios los votos que sacó Ernesto Cladera y de hecho los suma sin reparos. La cuenta que hace es que Galli sacaría los votos que obtuvo María Eugenia Vidal y que si ésta crece, él acompañaría ese crecimiento. De todos modos, gente del espacio de origen peronista ya se reúne con dirigencia del PJ, han cenado con ellos y los han tratado de convencer para que los acompañe y hasta con algunos ofrecimientos para conformar un futuro gabinete.
Nadie es dueño de los votos y la dirigencia solo puede incidir en una porción ¿cuánto? ¿un 20% o más o menos? Nadie lo sabe. Hoy la gente se maneja por su cuenta y hay casos en que la autonomía política no depende tan directamente de la económica. Las redes sociales y los climas sociales son poderosos factores en la conformación del voto. De todos modos, siempre hay líderes de opinión a quienes la gente escucha y guía sus conductas.
Al eseverrismo no solo le interesa el voto peronista sino que además dicen que se habría quedado con una pata radical hegemonizada o, mejor dicho, representada por la dirigencia tradicional que arrastra antiguas diferencias o rencores con el claderismo, desde aquella interna en la que el "Gato" rompió con el partido y lo obligó, por decirlo así, a buscar rápidamente en Matías Chiozza el candidato que los sacara del atolladero.
Ahí también está trabajando el eseverrismo y en recuperar ese voto eseverrista del centro, San Vicente y Mariano Moreno, que siempre le pertenecieron y que le habrían querido dar una sanción entendida como "provisoria y emocional" en las PASO por su pase al Frente para la Victoria. De lo que se infiere es que la campaña para revertir ese voto apuntaría casi exclusivamente a lo político simplemente porque son espacios a los que no le faltan nada. ¿Se irá por el corte de boleta? ¿De dónde podrá sacar las de Macri? ¿De la Séptima?
A la par hacen campaña además con el mensaje al PJ de la ministra de Gobierno, Cristina Alvarez Rodríguez, para que el peronismo pejotista acompañe al ganador de la interna que fue Eseverri. Cabe recordar que la funcionaria provincial le recomendó al pejotismo que dejen de lado las contradicciones secundarias con el eseverrismo y lo acompañen en la general dándole prioridad a la contradicción primaria que el FPV tiene con el macrismo. Al menos ese es el eje central y medular de la campaña nacional y provincial.
Fotos y vecinalismo
En general, se espera un voto de arriba hacia abajo. Por eso es que Liliana Schwindt, si las encuestas publicadas reflejan la realidad, no tendrá otra alternativa que vecinalizar al máximo la campaña. Ya se habría reunido con dirigentes del PJ y habría intentado rescatar un compromiso de ayuda. Tampoco habría tenido respuesta firme. En general, nadie la tuvo, no se sabe si porque no pueden asegurar nada sobre el comportamiento del electorado peronista o porque pretenden dejarlo así, en suspenso, y continuar siendo deseados.
El Frente Renovador-UNA especula con que "no hubo fotos de Galli con Cladera" en la noche de las primarias "ni tampoco de Eseverri con Santellán. Sólo estuvo la de la visita de (Alejandro) Granados, pero esa es puramente institucional", alegan. Y tratarán de explotar esas aparentes divisiones. Suponen además que la profusión de boletas que tuvo Macri-Vidal, (6 en Olavarría y 9 en Azul), que no todas se sumarían matemáticamente y que algo van a ligar de ese eventual drenaje más los que se quedaron sin representación local, caso el Frente Progresistas, espacio que no superó el piso en Olavarría y no tendrá candidato a intendente.
Es por ello que Liliana Schwindt no descarta sacarse una foto con Margarita Stolbizer con la esperanza de que eso podría sumarle ese voto de centro-izquierda no peronista. Lo tiene a Carlos Stebani para traccionarlo.
El voto peronista-pejotista
Todos hablan con el PJ. Cenan juntos, toman mate, como sea, pero reuniones hubo y habrán de aquí hasta el 25 de octubre. Eseverri necesita imperiosamente ese voto del afiliado peronista y está trabajando sobre él a la vez que, como dijo, "también hablamos con la dirigencia". Además se comenta que le habría ofrecido abrir el gobierno pero si es así, se desconoce la respuesta o directamente todavía no la hubo.
La dirigencia pejotista sabe de su relevancia funcional y posiblemente se esté haciendo rogar para sacar algún beneficio del tironeo y que viene por varios lados, también de la Provincia que últimamente ha incrementado su presión para orientar el voto peronista en dirección de José Eseverri. Guillermo Santellán ya se parece a Túpac Amaru. Sorprendió al eseverrismo algunas declaraciones de Guillermo cuando a un medio provincial le dijo que votaría toda la boleta peronista pero cuando le repreguntaron por Eseverri, respondió que éste era "radical", como si lo estuviese excluyendo.
Este lunes estuvieron en Olavarría el eterno Isidoro Laso, un hombre de suprema confianza de ambos Santellán, padre e hijo, junto con el ministro Martín Ferré. La visita habría tenido la misión de convencerlo a Guillermo y a Miguel de alinear el voto del PJ a Eseverri. También dicen que hubo un llamado del jefe de Gabinete, Alberto Pérez, en el mismo sentido.
Eseverri está haciendo algo que no hizo -tal vez por exceso de confianza-, ponerse al frente de la campaña. Midió la gestión y "le da muy bien", dicen. Confía en ella y en que dentro del espacio hoy sciolista los tendría a todos acompañándolo, desde Saúl Bajamón, que viene del ala dura del kirchnerismo, hasta camporistas como Federico Aguilera o César Valicenti, y también, por las fotos que se han sacado juntos, con José G. González Hueso y el randazzista Gonzalo Bagú por sus declaraciones a este medio.
La confesión de Bagú
Bagú no tuvo ningún empacho en aclarar a EL POPULAR Medios que "yo voy a votar a Eseverri porque está dentro del Frente para la Victoria y no soy un traidor".
El ex-precandidato reconoce que "se le escapó una oportunidad histórica para ganarle a Eseverri, pero ahora él es el candidato y yo estoy dispuesto a votar a Scioli, a Fernández y a Eseverri. Voy a jugar dentro del FPV. Fui de los que más laburé para Florencio pero tampoco se puede vivir de la nostalgia. Tenemos que trabajar para que el FpV siga gobernando Olavarría y yo espero que el eseverrismo sea amplio, cosa que no ha sido en los últimos años. José tuvo de entrada una gestión muy diferente a la del padre, pero luego se comenzó a relajar. Su gestión es en general buena pero no alcanza. De todos modos yo lo voy a votar para que gane. No soy un traidor", reafirmó. En tanto Randazzo continúa muy despechado y ya anticipó que no va a aceptar "ningún cargo de ningún gobierno". La situación de Florencio es un tanto problemática: haga lo que haga, siempre pierde. Es que si el kirchnerismo logra retener el gobierno de la Provincia, se quedará con el sabor amargo de no haber aprovechado la oportunidad, y si se pierde, se lo van a facturar a él. En fin, una situación dilemática de la que ya no puede salir.
También el titular del sindicato de trabajadores municipales, José Stuppia, confirmó su respaldo al Intendente y lo hizo explícitamente para "desmentir una versión que lo ubicaba -según dijo- cerca de Galli". Sin embargo, más allá de la superestructura, Eseverri tiene que crecer para ganar, recuperar su voto genuino y esa encuesta recién tendrá resultados en la noche del 25 de octubre.
Aylan y un debate abortado
La ecuación económica parece ser bastante simple. Entonces, si el modelo se basa en el consumo interno y se aumenta la demanda sin incrementar la oferta, los precios también aumentan y crece la emisión monetaria para preservar ese sistema. De esa manera, sin crecimiento de la producción sería imposible bajar la inflación. Algo de eso pasó en la Alemania de pre y post guerra (bien abordado por el economista Ludwing Erhard), un tema que, fundamentalmente la primera etapa, disparó una polémica entre la Presidenta y el historiador Alejandro Corbacho, esta semana, sobre las causas que dieron origen al nazismo. Dicho sea de paso, Cristina respondió con un inaceptable exabrupto, producto tal vez de la inseguridad y de la intolerancia (nada más lejos esto de un debate científico y maduro) a los argumentos del historiador, lo cual abortó toda posibilidad de un sano, democrático, inteligente y constructivo debate sobre los porqués se dio este demoníaco sistema (junto con el fascismo y el stalinismo), en la Europa de los años veinte y treinta. Todo hecho histórico es multicausal y no existe un determinante en última instancia. Son mecanismos que se producen por la concurrencia de una multivariabilidad que, en este caso, contienen a las esgrimidas por los protagonistas de este entredicho. Pero, es bueno decirlo, con actitudes como las de la Presidenta no hay debate que valga y la descalificación termina abortando -y no promoviendo- toda discusión.
El tema pasó casi inadvertido por la aparición de Aylan, el pequeño sirio, muerto sobre las arenas de una playa turca. La foto, infinitamente más elocuente que miles de discursos, sensibilizó y movilizó a todo el mundo. La demencia de los poderes mundiales y de las monarquías orientales camufladas en teocracias demoníacas se evidenciaron en el inefable patetismo de un niño de apenas tres años ahogado en el horror de las guerras geopolíticas y económicas. Aylan será un símbolo de la inocencia asesinada, pero su dimensión humana quedará sepultada por la vorágine histórica que lamentablemente se sigue manejando por un mecanismo muy distante al humano y obscenamente vinculado al afán de rentabilidad económica. Aylan era apenas un niño que, en un país normal, debió estar contenido, familiar y socialmente, pero la muerte andaba merodeando en el Mar Egeo y lo acabó depositando boca abajo en las arenas turcas como un mensaje eterno para una humanidad que se pierde en lo efímero.